dissabte, 18 de novembre del 2023

 

Una proteína puede indicar el deterioro cognitivo causado por el consumo de alcohol

 Para diagnosticar a un paciente con trastorno por consumo de alcohol (AUD) el médico habitualmente le hace preguntas sobre sus hábitos de bebida, le realizan un examen físico, le pide análisis de laboratorio y puede derivarlo a una entrevista psicológica. Muchas veces, los pacientes se encuentran con un sistema colapsado que no tiene los recursos necesarios para hacerle un seguimiento. La científica Laura Orío lidera un proyecto que ha descubierto un biomarcador que, con un análisis de sangre puede detectar el deterioro cognitivo en quienes sufren este trastorno.

El equipo ha observado que los pacientes con menor nivel cognitivo mostraban mayores niveles de reelina, esta proteína se encuentra en el cerebro, ayuda con su formación en etapas tempranas, a su correcto funcionamiento y lo protege cuando sufre daños. Los científicos también encontraron que las personas con la reelina más elevada mostraban otra proteína, llamada apolipoproteína E-4 producida por una mutación genética. Esta proteína favorece los efectos tóxicos del alcohol en sus portadores.

reelina

Para llevar a cabo la investigación, contaron con una muestra de 24 pacientes con AUD diagnosticado en periodo de abstinencia temprana (cuatro semanas sin beber) y un grupo de control de 34 personas. Evaluaron la cognición de los sujetos mediante un test de detección de deterioro cognitivo en alcoholismo (TEDCA). La prueba valora las habilidades visoespaciales, la memoria y la función ejecutiva. Los que tenían por peor resultado presentaban también la reelina más elevada. 

Tras seis meses de abstinencia, la investigadora comprobaron que en los pacientes que peor se encontraban se había reducido tanto el deterioro cognitivo como los niveles de reelina. Aún es pronto para hablar de casualidad, pero si pueden hacerlo en términos relacionales.

Una de las hipótesis que se plantea es que esta proteína aparece cuando se retira el alcohol como
mecanismo de respuesta y luego, va disminuyendo progresivamente. El organismo intenta producir más para que aumente la probabilidad de que ejerza un efecto protector. Por eso es importante medirla durante las primeras semanas de abstinencia, para que sirva de indicativo. 

Los niveles de reelina que presenta cada persona depende también de otros factores como el tiempo que el paciente ha estado bebiendo y la cantidad de consumo. 

El trastorno por consumo de alcohol se relaciona con el cáncer, la diabetes tipo 2, las enfermedades hepática y cardiacas, pero también puede dañar la salud mentas y provocar deterioro cognitivo y enfermedades como la demencia. Sin embargo, es un problema infradiagnosticado porque la sociedad no entiende que el consumo de alcohol origina enfermedades más allá de la dependencia. Forma parte de nuestra tradición, que todo lo que celebremos sea con bebidas alcohólicas.