No es la primera vez que descifran el ADN completo de una persona con cáncer. La novedad está en que la comparación de estos genomas ha permitido identificar las mutaciones presentes en las células malignas y el papel de algunas de ellas en la formación de metástasis.
"Una cuestión clave es si el proceso metastático está dirigido por mutaciones que ocurren después de que las células tumorales lleguen a otras partes del cuerpo o si el tumor primario genera células con un repertorio completo de mutaciones somáticas necesarias para el crecimiento de las metástasis", señalan los autores en las páginas de 'Nature'.
Comparación de los genomas.
La elegida para tratar este punto fue una paciente diagnosticada de un cáncer de mama 'triple negativo' (con receptores hormonales y HER2 negativos), uno de los más agresivos. Con el consentimiento previo, los expertos extrajeron muestras de la mujer, el cáncer y su metástasis con la intención de secuenciar su genoma. Además, antes de iniciar el tratamiento, trasplantaron una pequeña muestra del tumor primario a un roedor, que desarrolló asimismo un tumor cuyo genoma también se analizó. Los cambios genéticos identificados, un total de 48, eran comunes a todas ellas. Sin embargo, al analizar la frecuencia con la que aparecían en cada tejido, descubrieron diferencias llamativas.
La elegida para tratar este punto fue una paciente diagnosticada de un cáncer de mama 'triple negativo' (con receptores hormonales y HER2 negativos), uno de los más agresivos. Con el consentimiento previo, los expertos extrajeron muestras de la mujer, el cáncer y su metástasis con la intención de secuenciar su genoma. Además, antes de iniciar el tratamiento, trasplantaron una pequeña muestra del tumor primario a un roedor, que desarrolló asimismo un tumor cuyo genoma también se analizó. Los cambios genéticos identificados, un total de 48, eran comunes a todas ellas. Sin embargo, al analizar la frecuencia con la que aparecían en cada tejido, descubrieron diferencias llamativas.
De ellas, 20 mutaciones tenían una prevalencia similar en todas las muestras, pero 26 eran mucho más frecuentes tanto en la metástasis como en el tumor del roedor y dos tenían mayor presencia en el tumor primario. Estos hallazgos indican, en primer lugar, que la población celular del cáncer original es "genéticamente heterogénea", explican los investigadores.
El tumor contiene la información para la metástasis.
El tumor contiene la información para la metástasis.
Pero también que las alteraciones genéticas necesarias para la aparición de metástasis ya están presentes en el tumor primario. Además, el hecho de que la metástasis y el tumor 'trasplantado' al roedor tengan un perfil común de alteraciones genéticas sugiere que ambos procesos son similares, y por otro, que los cambios no tienen nada que ver con el tratamiento.
Éste es el último de los más de 150 genomas de pacientes oncológicos analizados por este grupo de investigadores. "Hemos aprendido algunas lecciones importantes sobre el cáncer a partir de la secuenciación del genoma de los pacientes y sus tumores pero se trata claramente de la punta del iceberg", subraya Richard Wilson, director de El Centro del Genoma. "Al progresar, estaremos comparando los genomas de tumores de varias personas con el mismo tipo de cáncer para dar con las alteraciones genéticas comunes. Esta interpretación ayudará al desarrollo de nuevas formas de diagnóstico y tratamiento", concluye.
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