diumenge, 20 de maig del 2007

Cientificos Gallegos descubren una via para irradicar la fiebre amarilla


Una vía para erradicar la enfermedad del dengue y la fiebre amarilla, que afecta a unas doscientas mil personas al año en África y parte de Sudamérica, con unas treinta mil muertes, acaba de salir de un trabajo realizado por un grupo internacional de científicos, tres de los cuales son de Santiago - siendo los más importantes dentro de los investigadores europeos-.Los doctores Horacio Naveira, del área de genética de la Universidad de A Coruña; Javier Costas, de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica, y José Manuel Tubío, del servicio de Hematología del hospital Clínico de Santiago, acaban de ver publicado en el último número de la revista Science, auténtica biblia de la ciencia a nivel mundial, el trabajo en el que han participado y donde han secuenciado el genoma del Aedes aegypti, el mosquito transmisor del dengue y la fiebre amarilla.

El doctor José Manuel Tubío aseguró ayer a este diario "que la importancia del hallazgo es que abre una vía para erradicar las dos enfermedades, no con una vacuna, sino yendo al causante del mal, al mosquito, ya que el único modo de prevenir tanto el dengue como la fiebre amarilla es controlando las poblaciones del mosquito que las transmite".

"Al disponerse de la secuencia de este genoma", añadió, "se podrá identificar cada uno de los genes que lo conforman, y asignarles una función concreta, al tiempo que podrían diseñarse nuevas estrategias para luchar contra dichas enfermedades".

En definitiva, explicó que "si podemos identificar los genes implicados en la transmisión del patógeno que causa una enfermedad, podemos hacerle frente con más eficacia, por ejemplo, intentando potenciar en las poblaciones aquellos mosquistos con unas variantes genéticas determinadas", indicó el experto.

Los doctores Naveira, Costas y Tubío llevan trabajando en la secuenciación del genoma del mosquito Aedes aegypti desde enero del año 2005.

En la investigación del genoma del citado mosquito descubrieron que su tamaño es muy superior al del mosquito transmisor de la malaria, y que la proporción de elementos móviles es casi del 50 por ciento, muy similar a la de los humanos.