dissabte, 9 de novembre del 2019

Viaje al fondo de un cerebro que no duerme

Diversos estudios en ratones han demostrado que realmente la falta de sueño desajusta el buen funcionamiento del encéfalo.
Empezó con la pregunta de por qué necesitamos dormir, a parte de para consolidar nuestra memoria y permitir al organismo realizar una limpieza general. Ya se había observado que por la falta de sueño se habían dado numerosos casos de obesidad, o enfermedades cardiovasculares y hasta podría llegar al cáncer. Pero en estos dos estudios realizados, se llevó una observación más precisa a nivel molecular.


cerebro humano
Cerebro de un ratón.
Lo primero que hicieron fue crear en los ratones una especie de "rutina" similar a la que llevan los humanos en su día a día. A un grupo de ratones les permitieron dormir 12 horas diarias, y al otro se les interrumpía ocasionalmente el sueño, durmiendo en total 4 horas. Al mismo tiempo analizaban la transcripción de proteínas y la fosforilación (es decir, el transcurso de transportar la energía allí donde se necesita) y estudiaron el tipo de moléculas producidas a lo largo del día en los lugares donde se desarrolla la memoria y el aprendizaje.

Lo primero que encontraron los científicos fue que, ya que nuestros ciclos de sueño están tan marcados, estos se descomponen cuando no hay descanso. Seguidamente, analizaron una muestra de ARN mensajero, encargado de producir proteínas, y observaron algo muy curioso: así como en cerebros que descansan, mientras dormimos el ARNm se encarga de producir proteínas allí dónde ocurren las sinapsis para potenciar las funciones cognitivas. Pero en cambio, cuando el cerebro no descansa, el ARNm está en su sitio pero no produce proteínas.

Imagen relacionada
La falta de sueño produce falta de concentración. 

Así pues, se concluyó que los ratones que no dormían perdían casi el cien por cien de su capacidad cerebral. Esta conclusión ha llevado a los científicos a pensar que sería posible crear un fármaco capaz de eliminar los daños causados en el cerebro por la falta de sueño.
La noticia original proviene del periódico El País
También la revista Science ha compartido un artículo sobre la investigación.

dijous, 22 de novembre del 2018

Células madre para reparar lesiones cerebrales.


Este avance se logró en una universidad de Bruselas hace un par de años. Consiste en la reparación de una lesión en el tejido que recubre el cerebro mediante la implantación de neuronas generadas por células madre.

Lo descubrieron trabajando con ratones durante más de un año y en todos y cada uno de los casos, los animales siguieron en perfecto estado y ninguno desarrolló un proceso tumoral.

El tejido que recubre el cerebro, también llamado córtex, es exclusivo de mamíferos. En él, es donde se forman la mayoría de daños cerebrales, como los ictus, la epilepsia o ciertos procesos neurodegenerativos y su capacidad regenerativa es muy baja.  

Lesión cerebral.

Esta última característica es la que hace difícil tratar las lesiones cerebrales con neuronas que han sido extraídas anteriormente del mismo paciente ya que, si las retiramos del tejido y las tratamos ya no se pueden volver a introducir en el córtex. Así que lo que hicieron este grupo de científicos fue extraer células madre de otro lugar (en este caso, la piel) y transformarlas en células madre embrionarias para que así puedan convertirse en cualquier otro tipo de célula del organismo y no puedan ser rechazadas del tejido cerebral.

Pero aún después de todo, es un reto a la hora de colocar cada célula en su lugar y procurar que conecten entre ellas. Y, además, también deben conseguir otros tipos de células a parte de neuronas.

Y, finalmente, se ha observado que hay una pequeña probabilidad de sufrir un tumor, pero es extremadamente baja y para prevenirlo se podría realizar un screeming para eliminar las celulas madre que forman el teratoma y que se filtran en el transplante.

Para una información más explícita de la investigación podéis ver este video dónde la neurocirujana Jocelyne Bloch habla de él.