Los científicos de la Universidad de St. George en Londres afirmaron después de realizar el experimento que reduciendo el consumo de sal en un gramo, se reducía consecuentemente la ingesta de 27 gramos de azúcar al día.
Desde siempre nos han dicho que si comemos mucha sal, al cabo de los minuto tendríamos mucha sed. Pues este estudio pone este dicho popular de manifiesto, basado en pruebas constatables.
Este descubrimiento ha permitido evitar los problemas de salud típicos del consumo de dulces y/o refrescos azucarados, como son la obesidad, la diabetes, la hipertensión, etc.
El estudio demostró que los niños (porque el seguimiento se hizo en niños) que hacían una dieta baja en sal, bebían menos líquidos, y entre ellos los azucarados.
A partir de esta premisa el autor del estudio, el Dr. Feng J. He, sacó la siguiente conclusión:
si los jóvenes de entre 4 y 18 años reducen su ingesta de sal a la mitad (por día: esto sería una reducción de 3 gramos de sal al día) reducirían el consumo de refrescos endulzados y se dejarían de consumir 250 Kcal a la semana, cosa que favorecería a la salud del niño, evitando así muchas de las enfermedades asociadas a la bebida de este tipo de líquidos, tan perjuciciales en exceso para la salud de las personas.
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