Cada vez es más común acudir a la comida rápida (basura) dejando a un lado la saludable dieta mediterránea. En consecuencia de esta alimentación augmenta el número de personas que sufre un alto nivel de colesterol y la alta presencia de triglicéridos en la sangre. Dichos factores pueden incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado ejercen una gran influencia la hipertensión, diabetes, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo, así como la ingesta elevada de grasas saturadas.
Con la intención de reducir el riesgo cardiovascular la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria aconseja sustituir la grasa saturada por ácido oleico y ácidos grasos poliinsaturados. Así se conseguiría una reducción de lípidos sanguíneos, principalmente el colesterol.
Este estudio se ha puesto en práctica para mejorar los principales productos consumidos por el hombre como por ejemplo la leche. En años recientes, la tecnología alimentaria se ha venido usando para producir lácteos con contenido reducido en grasa saturada, en favor de estos ácidos grasos. De hecho existen nuevos productos lácteos en los que se ha podido reducir el contenido de ácidos grasos saturados y sustituirlos por ácidos grasos Omega 3 (EPA y DHA) y oleico.
Esperemos que estas nuevas técnicas se puedan aplicar a más productos con el próposito de aminorar ciertas enfermedades.
Aquí podemos ver un video relacionado con las enfermedades cardiovasculares.
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