dimarts, 22 de gener del 2008

DEMASIADO HIERRO PARA EL CUERPO.

EL PAÍS, MARTES 27 DE NOVIEMBRE DE 2007.

La sobrecarga de este mineral en ciertos órganos puede comprometer la vida, y es cada vez más frecuente como consecuencia de algunos tratamientos.

A Mercedes Zaragoza, de 63 años y jubilada desde los 60, le diagnosticaron hace tres años un síndrome mielodisplásico, un transtorno hematológico por el que la médula ósea no puede producir células sanguíneas sanas. Supone un estado preleucémico, que deriva en leucemia aguda y conduce a la muerte en un año. Las alternativas terapéuticas son el trasplante de médula y transfusiones cada tres o cuatro meses.

Mercedes aunque ha tenido que reducir notablemente su ritmo de vida por el gran cansancio que sufre, hace una vida más o menos normal. ‘Cuando me transfunden me siento bien y con fuerzas’, ‘ pero a las pocas semanas necesito otra transfusión’. El gran problema es la sobrecarga de hierro que se va produciendo. Antes tenía para controlarlo un tratamiento inyectable subcutáneo con bomba de perfusión de 12 a 14 horas, muy pesado e incómodo. Desde hace 1 año su calidad de vida ha mejorado notablemente al tener que tomar sólo una pastilla al día, para eliminar el hierro sobrante por las heces.

Nuestro cuerpo no dispone de mecanismos para eliminar el hierro sobrante, excepto una mínima cantidad por el intestino y la piel, y en las mujeres, con la regla. Cuando se presenta una sobrecarga de hierro, aparece hemocromatosis, que puede ser más o menos grave en función de la cantidad acumulada y de los órganos afectados; páncreas, hígado y corazón. Si la hemocromatosis es importante y no se detecta puede llegar a causar la muerte.
Según la causa, existen dos formas de enfermedad: la secundaria y la hereditaria. En el primer caso, se produce por las transfusiones de sangre necesarias para tratar el síndrome mieloplásico y otras anemias crónicas genéticas en población joven.

Según Altés, la hemocromatosis secundaria está aumentando, gracias a los nuevos tratamientos está mejorando la esperanza de vida en los procesos hematológicos que la causan y también porque la prevalencia del síndrome se incrementa con el envejecimiento.

La incidencia del síndrome mielodisplásico es de 7 casos por 100000 habitantes por año.
La sobrecarga producida por transfusiones regulares, según el órgano u órganos dañados, puede generar diabetes, cirrosis, cáncer de hígado, fallo hepático, enfermedades del corazón y fallo cardíaco.

La hemocromatosis hereditaria aparece, por una alteración en el gen localizado en el brazo corto del cromosoma 6. Este gen defectuoso no produce una proteína encargada del normal metabolismo del hierro. Esa anomalía causa una mala regulación de la absorción del hierro y un aumento de los depósitos de este mineral hasta 5 o 6 veces superior a los valores normales.

Aunque en los hombres los síntomas empiezan a partir de los 40 y en las mujeres tras la menopausia, el daño orgánico empezará a producirse mucho antes.

Antes de que haya afectación orgánica, su tratamiento es muy sencillo y consiste en una flebomía o extracción de sangre, sin necesidad de medicación. En las mujeres, el sangrado menstrual durante el periodo fértil actúa como tratamiento.

VIOLETA PITARCH MARÍN.