dissabte, 5 de gener del 2008

DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE. LA CABRA MONTÉS.




La cabra montés es una especie muy antigua, estimándose que en el Plioceno (hace 7 millones de años), los caprínidos de Asia central llegaron a Europa y fue hacia la glaciación Riss cuando aparece la forma ibérica del género Capra ya diferenciada de la Ibex del centro de Europa.

La cabra montés ha sido una especie que se ha cazado desde los albores de los tiempos primitivos, como lo atestiguan las numerosas escenas de caza de cabras que representan pinturas rupestres.
En la cueva de Pair-non-Pair (Francia) se ha encontrado el grabado rupestre más antiguo. Durante los períodos fríos del Pleistoceno, las montesas habitaban en los valles y zonas más cálidas, de modo que abundaban en los valles bajos de toda Europa central y meridional. Posteriormente y por la presión humana en su caza, se refugió en las cumbres más altas e inaccesibles, donde quedaron acantonados los últimos ejemplares de esta especie.
Durante la Edad Media, los escasos ejemplares que aun existían en sitios muy apartados de la presencia humana, sólo eran cazados por nobles y señores feudales, que eran los únicos que tenían este derecho; existiendo leyes durísimas para el que se atreviese a matar una cabra montés, sin que no obstante ello se pudiera evitar su caza, hasta ponerse en peligro la especie, por dos razones fundamentales: una el preciado trofeo que representaba la cuerna de este animal, que siempre ha sido codiciado por los cazadores y otra, el mundo de supersticiones y magia que ha rodeado la especie a la que se le atribuían una serie de propiedades mágicas, así la sangre y los cálculos estomacales (bezoares) se creía constituían remedios infalibles contra muchos males, aun cuando lo más solicitado era el corazón, sobretodo cierta osificación de los cartílagos, de los que se decía tenían poderes curativos.

La primera medida de protección de la especie en España, fue la creación en 1905, por el rey Alfonso XIII, del Refugio Real de Caza de la Sierra de Gredos, salvando una reducidísima población de animales, siendo especialmente a partir de 1950, cuando se establece un efectivo programa de conservación de las cabra montés a nivel nacional, con la creación de numerosas reservas y un programa de conservación, lo que no obstante no ha impedido la regresión de la especie en algunas zonas como ha ocurrido en los Pirineos.

En la península ibérica se han descrito cuatro subespecies de cabra montes que se basan en la corpulencia, distribución de las manchas negras del pelaje de los machos y longitud y sección transversal de la cornamenta: Capra pyrenaica victoriae, Capra pyrenaica hispanica, Capra pyrenaica pirenaica, Capra pyrenaica lusitánica.
Puedes encontrar más información en:
http://www.sierradebaza.org/Fichas_fauna/04_02_cabramontes/cabramontes.htm
VIOLETA PITARCH MARÍN.

1 comentari:

Paco Rambla ha dit...

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