El objetivo del estudio era comprobar el efecto que tienen los videojuegos sobre la estructura cerebral. Para ello, realizaron una prueba a un número de adultos a los que se les hizo jugar media hora durante dos meses al Mario 64. Al pasar estos dos meses, se les hicieron pruebas al grupo de personas que había estado jugando y a un grupo de personas, también elegidas, que no habían jugado.
Las conclusiones dieron como resultado que a las personas del grupo que había jugado les había aumentado la masa cerebral y se había desarrollado partes concretas de éste, las que tienen que ver con memoria, planificación y habilidades motoras.
Gracias a este estudio han podido demostrar que es posible entrenar al cerebro, como si fuera un músculo más; además que ayuda a ralentizar enfermedades degenerativas.
Aquí os dejo el enlace a la noticia para que podáis leer más detalles: Así mejoran los videojuegos la inteligencia.
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