Su estudio lo realizaron en ratones. Una vez terminado vieron que las células madre de los músculos de estos ratones perdían su capacidad regenerativa, es decir se iban haciendo cada vez más viejas.
No obstante, este hecho no afectaba a todos los ratones, sino que solo afectaba a los ratones viejos de unos (24 meses de edad) cuyas células satélite geriátricas sufren cambios intrínsecos. Estos cambios son irreversibles y les produce a las células el paso de ser latentes a un estado imposible de crecimiento y división.
Además, de este descubrimiento en ratones, este grupo de científicos creen que el problema de movilidad de las personas mayores puede tener algún tipo de relación con el problema de estos ratones. Ya que, en nuestras células geriátricas nuestra vía de señalización no está regulada. Por lo tanto, estos descubrimientos darían una base para solucionar la pérdida de movilidad de las personas mayores.
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Para concluir, este experimento llevado en ratones puede ser muy beneficioso para nosotros. Porqué si a nuestras células musculares les sucede lo mismo, podemos encontrar distintas soluciones que permitan mejorar nuestra movilidad, partiendo de los resultados obtenidos aquí. Por último, lo he relacionado con el temario de los tejidos de biología humana, especialmente con el tejido muscular.
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