LAS SALADAS DEL BAJO ARAGÓN (ALCAÑIZ)

Es ta zona protegida de Saladas situadas entre Híjar y Alcañiz y bordeadas por los ríos Martín y Guadalope, se localizan una serie de zonas endorreicas originadas por la erosión.
Estas zonas tienen suelos pobres y muy salinos, típicos de las zonas esteparias, en los que su aprovechamiento es casi exclusivo para el cultivo del cereal y un pastoreo intensivo. El clima seco y con escasas precipitaciones al año, unido al continuo cierzo (viento característico del valle del Ebro) propicia que se evaporen, desecándose la zona.
En estos tipos de cuencas, que se reconocen por la presencia de pequeñas charcas o balsas estacionales, y que también se denominan cubetas, el agua discurre desde las zonas circundantes de su perímetro hacia el centro, arrastrando diversos materiales sedimentarios, siendo el más importante la sal. Estos suelos que además son arcillosos e impermeables propician que el agua se acumule en estas cubetas, que tras exponerse a la climatología se evapora, quedando un fina película de agua sobre la sal. Se forman así las "saladas" que son acumulaciones de sal en la zona deprimida y que suelen tener una superficie inferior a un kilómetro cuadrado.
La denominación de "saladas" proviene precisamente, del aspecto blanquecino y salino perceptible, sobre todo, en las épocas de mayor evapotranspiración.a unos tres kilómetros y medio de Alcañiz se localizan las principales saladas del Bajo Aragón que son un conjunto de treinta cubetas que se distribuyen en una amplia superficie.
De entre todas destacan la Estanca de Alcañiz, que debido a su conversión en un embalse para recoger las aguas del río Guadalope, está llena de agua durante todo el año y no se puede observar el proceso de precipitación de los sedimentos y el aspecto blanquecino brillante que de ello se deriva. También destaca la Salada Grande, con una superficie de 150 hectáreas, noventa de agua, y sesenta de vegetación rodeando las aguas. a unos tres kilómetros y medio de Alcañiz se localizan las principales saladas del Bajo Aragón que son un conjunto de treinta cubetas que se distribuyen en una amplia superficie.
De entre todas destacan la Estanca de Alcañiz, que debido a su conversión en un embalse para recoger las aguas del río Guadalope, está llena de agua durante todo el año y no se puede observar el proceso de precipitación de los sedimentos y el aspecto blanquecino brillante que de ello se deriva. También destaca la Salada Grande, con una superficie de 150 hectáreas, noventa de agua, y sesenta de vegetación rodeando las aguas. Al oeste, se encuentra la Salada Pequeña, con una superficie de 20 hectáreas. Estas dos se pueden observar durante casi todo el año.
Estas zonas tienen un gran interés natural, ya que se trata de un medio singular en la península ibérica. Este humedal, desarrolla plantas halófilas que están distribuidas de forma concéntrica a las saladas, de forma que las más cercanas al centro son las plantas que más resisten el encharcamiento y la salinidad, como es el caso de la Salicornia y la Sosa.La fauna terrestre, también es abundante, y podemos encontrar desde invertebrados y micro-fauna, como protozoos, crustáceos, etc., hasta reptiles como lagartijas (común, colilarga y colirroja) y culebras (lisa y de escalera), pasando por anfibios como el sapo común, de corredor o de espuela. Pero la fauna más abundante es la de las aves. Podemos distinguir entre aves propias de la zona (perdiz, pájaro carpintero, abubilla, abejaruco, mochuelo común, cernícalo, paloma, colirrojo, etc.), las aves que pasan el invierno en las saladas (avefrías, ánades, reales, patos, cercetas, gaviotas reidoras, lechuzas campestres, lavanderas blancas, etc.), las migratorias, para las que la salada es únicamente un lugar de paso, (grullas, cigüeñas, garzas, ánsares, gaviotas, etc.) y por último las aves que viven alrededor de las saladas (avutardas, sisones alcaravanes, ortegas, gangas, cogujadas, trigueros, etc.).