El collar, precisó, usa el sistema de localización por satélite (GPS), que permite su manipulación desde ordenadores centrales para poder localizar, cada dos o tres horas, el punto exacto en el que se encuentra el animal.
Cuando hay cobertura, el teléfono móvil incorporado junto al GPS también informa de la localización exacta de la cabra a través de los mensajes que se envían a los ordenadores. Granados dijo que con este seguimiento, el equipo sabe exactamente cómo se distribuyen los animales, cuáles son sus movimientos, lo que les permite obtener información sobre su microhabitat.El collar lleva, además, un termómetro incorporado que envía la temperatura registrada al ordenador del equipo, lo que permite conocer si por la noche esta especie se desplaza a las zonas más cálidas de Sierra Nevada. Los técnicos soltaron hoy, a unos 2.500 metros de altitud en el Parque Natural de Sierra Nevada, a un macho cabra montés de cuatro años tras tomar unas muestras de sangre y medidas corporales y colocarle un collar GPS.
Cada uno de los collares puede almacenar unas 18.000 localizaciones y obtendrán unos 200.000 datos de cómo viven estos animales y de cuáles son sus movimientos y migraciones.Las medidas incluidas en el Plan incluyen la realización de censos sobre la población, su vigilancia y control sanitario, así como el seguimiento del índice de mortalidad, entre otras.
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