dissabte, 24 de novembre del 2007

EL VIRUS DEL SIDA Y LOS LINFOCITOS



El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un retrovirus perteneciente a la familia Retroviridae; causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Los retrovirus se caracterizan porque su material genético está en forma de ARN, pero al entrar en la célula (linfocito) al cual atacan, transforman el ARN en ADN mediante la enzima transcriptasa inversa.
Una vez esta enzima sintetiza una cadena complementaria de ADN, el ADN (vírico) de doble cadena se integra en un cromosoma del linfocito, con lo cual se transcribe ARN mensajero vírico a partir del ADN vírico integrado en el ADN (del linfocito antes de la infección) del linfocito, y entonces se produce la síntesis de protínas víricas, que posteriormente se expandirán por todo el organismo.
Este virus ataca a los linfocitos T-4 que forman parte fundamental del sistema inmunológico de las personas. En consecuencia, disminuye la capacidad de respuesta del organismo para hacer frente a infecciones originadas por virus, bacterias, protozoos, hongos y otro tipo de infecciones.
Las consecuencias de la incorporación del virus son las complicaciones neurológicas, la pérdida de peso y el deterioro físico, además de poder crear ciertos tipos de cáncer.
El VIH se puede transmitir por vía sexual, a través del contacto con sangre infectada, tejidos o agujas contaminadas y de la madre al niño durante el embarazo o la lactancia.
Por ello, como la mayoría de infecciones se producen a través de vía sexual, debemos prevenir utilizando protección, porque más vale prevenir, ya que hoy por hoy, curar es imposible.
En las fotografías se pueden observar a un linfocito (uno por cada imagen) atacado por el retrovirus, VIH.