Todos sabemos que los analgésicos son aquellos fármacos que tienen la finalidad de paliar cualquier dolor.
Un artículo publicado en la revista “Muy interesante” ha llamado mi atención; decir ‘tacos’ puede utilizarse, actualmente, a modo de analgésico.
El estudio de dicho efecto terapéutico ha sido realizado por Richard Stephens, profesor de psicología en la universidad de Keele (Inglaterra) quién tras un accidente doméstico comenzó a estudiar sus efectos.
Stephens sometió a 64 estudiantes a introducir la mano en un recipiente con agua y hielo. Una parte de ellos tenían permitido blasfemar mientras que la otra sólo podía decir unas palabras determinadas.
Para sorpresa de muchos, el grupo con vocabulario ofensivo soportaban el dolor dos minutos. En cambio, el otro un minuto y quince segundos.
El estudio admite que no queda claro el porqué de este fenómeno pero el profesor Stephens afirma que se trata de una “Reacción lucha - huida”, más propensa en mujeres debido al uso menos frecuente de las ‘palabrotas’.
En contra posición al efecto curativo de estas palabras malsonantes, la sección ‘Mundo cristiano’ de la página ‘Pensar por libre’ ha señalado la noticia como causa del celo profesional de los redactores. Además, opina que la prensa es útil para tratar otras cosas y reprocha a Stephens su actitud laxista, ya que algunos jóvenes respetan su credo religioso.
En definitiva, queda demostrado que no siempre es necesario recurrir a los fármacos de siempre para calmar los dolores.
Queda en la mano de cada uno aplicar, o no, este nuevo método curativo.
Un artículo publicado en la revista “Muy interesante” ha llamado mi atención; decir ‘tacos’ puede utilizarse, actualmente, a modo de analgésico.
El estudio de dicho efecto terapéutico ha sido realizado por Richard Stephens, profesor de psicología en la universidad de Keele (Inglaterra) quién tras un accidente doméstico comenzó a estudiar sus efectos.
Stephens sometió a 64 estudiantes a introducir la mano en un recipiente con agua y hielo. Una parte de ellos tenían permitido blasfemar mientras que la otra sólo podía decir unas palabras determinadas.
Para sorpresa de muchos, el grupo con vocabulario ofensivo soportaban el dolor dos minutos. En cambio, el otro un minuto y quince segundos.
El estudio admite que no queda claro el porqué de este fenómeno pero el profesor Stephens afirma que se trata de una “Reacción lucha - huida”, más propensa en mujeres debido al uso menos frecuente de las ‘palabrotas’.
En contra posición al efecto curativo de estas palabras malsonantes, la sección ‘Mundo cristiano’ de la página ‘Pensar por libre’ ha señalado la noticia como causa del celo profesional de los redactores. Además, opina que la prensa es útil para tratar otras cosas y reprocha a Stephens su actitud laxista, ya que algunos jóvenes respetan su credo religioso.
En definitiva, queda demostrado que no siempre es necesario recurrir a los fármacos de siempre para calmar los dolores.
Queda en la mano de cada uno aplicar, o no, este nuevo método curativo.
Enlace a la notícia 14.09.09
Otros enlaces:
- Revista EuroReport aquí
- Más fuentes aquí
- Pensar por libre. 14.07.09 aquí
2 comentaris:
Andrea revisa els hiperenllaços. No en va cap perquè no has borrat el http que hi ha quan fas l'hiperenl. i aleshores es duplica i no funciona.
També comente que potser una notícia interessant però si aquest estudi fora més complet, i arribara en certa manera a explicar el mecanisme que fa possible eixe efecte analgèsic
Posa les etiquetes en singular, també seia interessant posar etiquetes com: sistema nerviós, dolor
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