Joan Massagué, en el Sloan-kettering Center de Nueva York, acaba de encontrar en unas moléculas minúsculas del genoma, tres microARN, mecanismo clave para desactivar la metástasis tumoral en el cáncer de mama. Se encargan de restringir la actividad de ciertos genes que otorgan a las células tumorales dos funciones indispensables para producir metástasis: proliferación incontrolada y movilidad para invadir otros órganos.
El descubrimiento deja claro que a partir de ahora el estudio en torno a los microARN marca la hoja de la ruta para desvelar por fin que señales hacen que una célula se vuelva cancerígena y, acabe invadiendo tejidos. Se estima que más del 30% de los genes humanos son controlados por estas pequeñas moléculas.
Aunque queda por conocer los detalles del programa que hace que estas moléculas se activen o desactiven, algunas compañías ya se han interesado por el descubrimiento.
La metástasis ocurre cuando las células del tumor maligno primario invaden otros órganos y se multiplican en ellos formando nuevos tumores. La labor del equipo se centra en identificar el conjunto de genes, y ahora también microARN, que las células de un tumor piratean para desarrollar la metástasis. Para detectarlos, analizaron los perfiles genéticos de células metastásicas humanas. Al compararlos, detectaron que las células más agresivas carecen de un grupo microRNA.
En el caso de miR-335, los investigadores también han averiguado que reprime seis genes que en enfermas con tumores agresivos y con peor pronóstico presentan altos niveles de expresión. Entre ellos se encuentra el gen TNC que genera una proteína que se incorpora a la matriz externa de la célula para que pueda moverse e invadir el tejido.
El equipo se centra ahora en averiguar por qué estos microARN dejan de funcionar y si intervienen en otros tipos de tumor. A la vez que prosigue su búsqueda para desentrañar el conjunto completo de genes de la metástasis.
La importancia de los microARN en las células humanas se conoce apenas hace siete años. Son cadenas de ácido ribonucleico formado por 20-22 nucleótidos y se encargan de ordenar al ARN mensajero, transcrito por los genes, para que codifique o no proteínas. Tiene un papel clave en el desarrollo embrionario, el cáncer y las infecciones virícas.