A la vuelta, se analizaron las muestras de orina que habían recogido y los resultados no eran diferentes de los demás; los hombres de la tribu quemaron unas 2600 calorías mientras que las mujeres 1900 al igual que los adultos de Estados Unidos o Europa.
¿Pero cómo es posible que ocurra esto? Los investigadores no están al 100% seguros, tal vez la gente con niveles de actividad más altos modifican su comportamiento para ahorrar energía o que el organismo deje un margen para ese coste addicional de la actividad y recorte las calorías invertidas en otras tareas que pasan inadvertidas y que se llevan la mayor parte de nuestra provisión diaria de energía, es decir las tareas domésticas que realizan las células y los órganos para mantenernos con vida.
Aun así, el metabolismo adaptativo y limitante deja a los especialistas con la pregunta de si el gasto energético es prácticamente el mismo, ¿como es que somos tan diferentes de nuestros parientes los simios? . La respuesta es que nada en la vida es gratis, los recursos que invertimos en un carácter hace que invirtamos menos en otros. En cambio, el ser humano incumple ese principio de austeridad por lo que nuestra extravagancia energética supone un misterio evolutivo.
Está claro que los cambios que nos hacen humanos parecen impulsados por un cambio evolutivo en nuestro metabolismo. A diferencia de nuestros parientes cercanos, somos la única especie que ha aprendido a cocinar, proceso que aumenta el valor calórico de los alimentos y los hace digestibles, de esta forma para los hadza, no resulta tan difícil volver con las manos vacías después de una partida de caza puesto que gracias a la cocina pueden transformar los alimentos mas silvestres en algo sabroso.
Este post está relacionado con el bloque del metabolismo del libro de Biologia de 2 de Bachillerato.
Fuente de la noticia aquí