Ante la falta de minerales en la superficie terrestre, se están buscando otras alternativas como la explotación del lecho submarino.
La empresa canadiense Nautilus Minerals ultima los permisos para poder explotar una mina de cobre y oro en Papúa Nueva Guinea (océano Pacífico) a 1600m de profundidad.
La empresa Nautilus dispone de una serie de robots que perforan el lecho y a través de conducciones envían el mineral a un barco en la superficie.
La empresa quiere comenzar a operar en unos meses y calcula que puede extraer 1,2 millones de toneladas al año de mineral.
Nautilus quiere horadar las chimeneas de sulfuros metálicos, ya que por estas salen los gases de la corteza terrestre a unos 350 grados que contienen minerales como oro y cobre que precipitan al contacto con el agua.
La ONU ya ha creado un protocolo para recibir una compensación por la minería en aguas internacionales.
España ha analizado la existencia de nódulos de manganeso en el golfo de Cádiz, y también han aparecido zonas con potencial en el Cantábrico.
Ante esto, se han puesto en alerta muchas personas y en especial los ecologistas que temen un impacto de la minería en el lecho marino afectando por tanto al ecosistema.
Se puede leer la noticia completa en la web de el país.
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