En general, sus erupciones son de tipo vulcaniana, dando origen a rápidas corrientes de gas caliente y roca denominadas flujos piroclásticos. Estas erupciones masivas a menudo generan lahares, que suponen una amenaza para la vida humana y el medio ambiente.
Al igual que muchos otros volcanes andinos, el Nevado del Ruiz es un estratovolcán, es decir, un volcán cónico y de gran altura, compuesto por múltiples capas de lava endurecida, piroclastos y cenizas volcánicas.
A finales de 1984, los geólogos notaron un incremento en el nivel de la actividad sísmica cerca al Nevado del Ruiz. También aumentaron las fumarolas, apareció un depósito de azufre en la cumbre del volcán, pequeñas erupciones freáticas...
En noviembre el volcán empezó a lanzar grandes cantidades crecientes de gases. Esta desgasificación del magma causó un aumento de la presión dentro del volcán, lo que finalmente dio origen a una erupción explosiva.
El Nevado del Ruiz erupcionó el 13 de noviembre de 1985, expulsando tefra a más de 30 km en la atmósfera. La masa total del material erupcionado, fue de 35 millones de toneladas (únicamente el 3% de la cantidad que expulsó el St. Helens en 1980).
La erupción alcanzó el nivel 3 en el índice de explosividad volcánica y produjo flujos piroclásticos que fundieron los glaciares y la nieve, generando cuatro lahares que bajaban a una velocidad de 60 km/h. Una vez en sus valles, los lahares crecieron a casi cuatro veces su tamaño original. Uno de los lahares borró la pequeña área urbana de Armero.
En total, más de 23.000 personas perdieron la vida y otras 5.000 resultaron heridas y más de 5.000 hogares quedaron destruidos.
La pérdida de tantas vidas, se debió al hecho de que los científicos inexpertos en estos temas nunca precisaron cuándo ocurriría la erupción. Las autoridades gubernamentales, no tomarían medidas de prevención, ni se haría caso a un informe internacional que advertía del riesgo de lahares. Por otro lado, como la última erupción se había producido 140 años atrás, ya no existía en la memoria de los pobladores, que se mostraban reacios a abandonar sus tierras.
En conclusión, ante una peligrosa erupción, los muertos tienen que ver directamente con las medidas de evacuación, prevención... Ya que si estas medidas son correctas ante una erupción muy peligrosa (St.Helens)mueren muy pocas personas.
Por el contrario, si estas medidas no son correctas o efectuadas como en Nevado del Ruiz un volcán no muy peligroso se puede combertir en una catástroofe que mate a 23.000 personas.
1 comentari:
Post vàlid per al teu dossier.
En aquells fets va esser molt tràgica la mort de tantes persones. Especialmet, va conmoure a l'opinió pública la mort de la xiqueta Omaia , gravada per TVE, que es pot visitar en la web:
http://www.youtube.com/watch?v=MKL2M-qw4sU&feature=related
Publica un comentari a l'entrada