Los residuos
nucleares poseen una radioactividad que puede resultar peligrosa para la salud
de las personas y el medio ambiente, por consiguiente, resulta difícil
encontrar un lugar donde deshacerse de ellos.
En su
investigación descubre finos apéndices cuyos
son conductores de electricidad poseedoras del género Geobacter.
El biofilm de estas bacterias, envuelto de
una capa adicional protectora, aumenta la capacidad de neutralización y
absorción del uranio y otros desechos tóxicos.