El botulismo es una intoxicación alimentaria que, pese a tener escasos brotes en España, requiere un riguroso control por las consecuencias asociadas a su acumulación en los alimentos. Los microorganismos responsables de esta intoxicación son bacterias ubiquitarias que se pueden encontrar en todos los alimentos, incluso en cantidades considerables.
El método para detectar la toxina botulínica ha sido durante décadas una prueba que utiliza ratones de laboratorio y que necesita por lo menos cuatro días para realizarse correctamente. Además, no es portátil ni económica, mientras que la nueva prueba confía en moléculas fabricadas en el laboratorio conocidas como anticuerpos monoclonales que pueden pegarse a la toxina que causa el botulismo y ésta tiene siete serotipos diferentes, de A a G.
Aunque los anticuerpos monoclonales que se pegan a la toxina serotipo A no son nuevos, los desarrollados por este grupo podrían ser los más sensibles producidos hasta ahora por tener la capacidad de detectar la toxina en cantidades minúsculas. Los investigadores han utilizado estos anticuerpos en una prueba que es 10 veces más sensible que la llevada a cabo con ratones, además de más fácil de usar y menos costosa lo que supone múltiples ventajas respecto a la anterior.
Me ha parecido una noticia interesante respecto al tema ya que en estos últimos días de clase de biología hemos visto algo sobre las toxinas y bacterias y aquí os dejo más información sobre:
-La toxina botulínica del tipo A (también materia prima para la elaboración del BOTOX)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada