Normalmente, para tratar una alergia recurrimos a la prevención del alérgeno y durante mucho tiempo crear dietas y modos de vida para evitar la exposición accidental a estos alimentos dañinos ha sido la única opción que se ha planteado para las personas que padecen estos síntomas.
Esta inmunoterapia oral ha llegado para convertirse en la alternativa para los pacientes con alergia medida por IgE y va aumentando en importancia ya que el riesgo que se corre por estas reacciones nunca será 0.
Esta idea se ve corroborada por importantes especialistas que afirman que no solo ha aumentado el número de casos de alergias, sino que también ha habido un incremento en la gravedad de los síntomas presentados.
“Normalmente, antes la reacción se acompañaba de alteraciones urticariales, pero ahora hay más manifestaciones sistémicas (afectación respiratoria, broncoespasmo), para las que puede no ser suficiente administrar un antihistamínico o corticoide, y hay que recurrir a la adrenalina. Además, crecen las alergias persistentes por alimentos que antes considerábamos de buen pronóstico; por ejemplo, en nuestro medio esto ocurre con la leche de vaca y el huevo” cita uno de los integrantes de la Seicap.
En el 80-90% de los casos de alergia a la leche, esta mengua en los primeros años de vida aunque hay casos en los que persiste por lo que se plantea la necesidad de la ITO, que permitirá en el 80% de los casos, la incorporación del alérgeno a la dieta y en los casos más sensibles posibilitará poder tomar una dosis de protección que aleje el riesgo grave.
Este método consiste en la ingesta de los alérgenos en cantidades casi desestimables en un hospital que van a en aumento hasta alcanzar la dosis tolerada y una vez lograda esta meta, el tratamiento puede continuarse en el domicilio del paciente.
Licenciados en la materia de la inmunoterapia señalan la eficacia de la ITO y desestiman que en los niños esta tolerancia pueda conseguirse por si mismos.
Un aspecto a destacar es la interrelación entre las alergias a la leche y el huevo ya que cuando se diagnostica una alergia a la leche, la mitad de los casos presenta anticuerpos contra el huevo. En el primer año de vida es frecuente la alergia a la leche, pero entre los menores de 5 años es más común al huevo. Sin embargo, los niños que presentan alergia al huevo no tienen alergia a la leche.
Para concluir, los expertos afirman que la ITO es un método seguro, con el que se gana mucho en calidad de vida. Hay que intentar que el máximo número de niños dejen de ser alérgicos o al menos que no sufran la forma más grave.
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