dimarts, 8 de febrer del 2011

Tropezón en la medicina regenerativa

He podido contrastar en este artículo y en este otro una notícia que me ha llamado la atención y me ha parecido interesante. Se trata de que se ha descubierto que las nuevas células de la investigación en medicina regenerativa, las llamadas iPS(células madre de pluripotencia inducida), que se obtienen por el proceso de reprogramación, a partir de células simples de la piel, conservan en su genoma memoria de su origen adulto.
Durante el desarrollo embrionario, a las células se les asocia un destino, que han de recordar mientras avanzan y proliferan. La memoria no está escrita en la molécula de ADN, sino en otras moléculas que se le apegan, de las cuales las más importantes son las proteínas histonas y el radical metilo(-CH3).
La investigación llevada a cabo por Joseph Ecker ha consistido en examinar la metilación del genoma en cinco líneas células iPS humanas en cultivo, y compararlas con las células madre embrionarias, células madre adulta y otras células diferenciadas. Los resultados muestran que la mayor parte del metiloma de las iPS es igual al de las embrionarias, pero no del todo, puesto que entre ellas se crean ciertas diferencias y además todas se diferencian, en ciertas zonas del genoma, de las células embrionarias, sobretodo en puntos cercanos a los centrómeros y telómeros, muy importantes para un reparto equitativo del material genético entre las dos células hijas.
El método de la reprogramación consiste únicamente en añadir a las células de la piel cuatro genes o las cinco proteínas que esos fabrican. Pero no siempre es perfecto este proceso, ya que a veces, algunas de las zonas del genoma metiladas en las células originales de la piel, continuan estándolo en las células reprogramadas a partir de ellas. Este es el causante de que las células iPS conserven cierta memoria y por lo tanto que no puedan adaptarse a cualquier función, puesto que realmente no son células sin diferenciar, cosa que no pasa en las células madre embrionarias. Este descubrimiento supone una diferencia muy importante entre estos dos tipos de células, y un gran contratiempo para el avance de la medicina regenerativa.