dimecres, 23 d’abril del 2014

Aguas tóxicas en Galicia.




Los temporales del invierno hicieron saltar las alarmas en el Monte Neme, en la Costa da Morte gallega, al reventar una de las tres balsas de una mina de wolframio y estaño ya clausurada. En febrero provocó un vertido de agua y lodos de más de 24.000 metros cúbicos   ante esto hubo una posible alerta de un desastre natural.
Tras el desastre se pidió a la Consejería de Sanidad que hiciese un  análisis del agua de los puntos de vertido y de las zonas receptoras.Estos análisis han  dado unos alarmantes niveles de aluminio y bajos niveles de PH, indicando así  la presencia de aguas ácidas tóxicas derivadas de la actividad minera preexistente.

Desde que se ha sabido de este desastre se están revisando todos los riesgos posibles que podrían repercutir y afectar al consumo humano y al mismo ecosistema.
Las primeras labores mineras de la zona datan de hace aproximadamente 100 años y se trabajó en ella de forma inminente durante seis décadas.En estas décadas hubo una  explotación  metalífera de wolframio y estaño a cielo abierto y en minas interiores. Incluyó procesos de triturado y molido que podrían haber incidido en la presencia de residuos tóxicos ácidos en las masas de agua almacenadas en la cumbre del monte.