El sarampión es producido por un virus muy contagioso y se transmite por vía respiratoria. Junto con la varicela son los más contagiosos.
Normalmente su período es de dos semanas, pero existen casos en los cuales puede quedar desapercibido, ya que a veces se puede contagiar varios días antes de que aparezcan los primeros síntomas y una semana después de que se haya manifestado en el cuerpo, mediante el sarpullido.
Los primeros síntomas son: fiebre elevada, obstrucción nasal, tos seca, ojos rojos y también malestar general. Después de éstos primeros síntomas se manifiesta el sarpullido, que empieza por la cara, y se extiende por todo el cuerpo.
Éste sarpullido, también se denomina exantema, y a la vez que se inicia éste, también aparecen en la mucosa de la boca, unas manchas blanquecinas, llamadas manchas de Koplik.
El sarpullido dura de cuatro a seis días, y la recuperación total de una semana a diez días.
Para no contagiar todavía más, el mejor método es aislarse hasta que que pase el periodo de contagio.
Ésta enfermedad se cura mediante un tratamiento sintomático, es decir, con antitérmicos para la fiebre, lavados frecuentes de los ojos, e ingerir abundantes líquidos. Pero la mejor manera de protegerse contra ésta es vacunarse, ya que se puede contagiar muy fácilmente, a través de los estornudos y la tos.
La vacuna contra el sarampión se conoce como la vacuna triple vírica, ya que es utilizada también para otras dos enfermedades: la rubéola y las paperas.
Aunque no sea obligado vacunarse contra el sarampión es lo más recomendable.
Esta noticia se relaciona con el libro de Biología de 2nd Bachillerato.
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