Para ello, desarrollaron ratones modificados genéticamente en los que dichas células se podían eliminar en cualquier momento de su vida. La ventaja de dirigirse a las células senescentes es que la limpieza del 60-70% puede tener efecto terapéuticos significativos. Según explica Óscar Fernández-Capetillo, investigador del CNIO, experto en cáncer y envejecimiento, la senescencia es importante para limitar la expansión de células dañadas. Y dado que nuestras células se van dañando con la edad también se había especulado que podría contribuir al envejecimiento.
Así, los científicos observaron que los cambios relacionados con la edad, incluyendo perdida de grasa, desarrollo de cataratas y deterioro del riñón y corazón se producen más lentamente sin dichas células. Estos cambios se produjeron sin efectos secundarios aparentes en ratones con dos líneas genéticas distintas.
Además la limpieza de estas células retrasa la formación de tumores. Para los autores esto sugiere que durante el envejecimiento normal la presencia de células senescentes acorta la vida y el periodo durante el cual están vivos. Queda por ver si esta aproximación es extensible a humanos, para lo que se necesitaría desarrollar una tecnología capaz de matar selectivamente células senescentes.
Aun que el sistema inmune barre dichas células, con el tiempo se vuelve menos eficaz. Las células senescentes producen factores que dañan a las células adyacentes.
La duración de la vida en los ratones tratados aumento entre un 17 y un 35% además mostraron una apariencia más sana.
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