dissabte, 6 de febrer del 2010

ÁCIDO SIÁLICO, nutriente para el CELEBRO

Al leer este post recordaremos lo estudiado acerca de las proteínas, los glúcidos, puesto que la leche los contiene y es sobre esto de lo que trata.
Como ya sabemos la leche materna es importante en la nutrición del bebé, puesto que es clave para el desarrollo de los tejidos y órganos. Está tiene un alto contenido de lactosa y oligosacáridos, un aporte equilibrado de proteínas y minerales, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga y ácidos grasos esenciales garantizados y una concentración adecuada de vitaminas (excepto vitamina D).
Todos los oligosacaridos diferentes de la leche materna, 130 en total, están compuestos por monosacáridos: glucosa y galactosa (lactosa), fucosa, N-acetilglucosamina y ácido siálico (N-acetilneuroamínico), en cantidades muy variables.
El ácido siálico es un oligosacárido clave de la leche materna, el cual se acumula en los tejidos nerviosos, principalmente en el celebro. Este ácido varia dependiendo de la herencia genética de la madre, del período de lactancia y del momento del día. También está en las fórmulas infantiles, pero en una menor cantidad. Diversas investigaciones actuales hacen una posible asociación de este con el desarrollo cerebral y el aprendizaje. En las crías de los animales, esto esta comprobado, pero en cambio en los humanos los estudios son escasos. Se ha comprobado cómo las membranas de las neuronas contienen 20 veces más ácido siálico que otras membranas celulares. Se cree que esta sustancia es determinante en la estructura y establecimiento de las conexiones entre neuronas (sinapsis), al facilitar la neurotransmisión.
LECHE MATERNA Y FORMULAS INFANTILES

En las formulas infantiles, a diferencia de la leche materna (calostro y madura), el ácido siálico compuesto por oligosacáridos unidos a glicoproteínas , lo que limita su biodisponibilidad y efectividad. El hígado del recién nacido es inmaduro, no tiene la capacidad de sintetizar este oligosacárido a partir de sus precursores (simples azúcares). El rápido crecimiento y el desarrollo cerebral explican que la leche materna concentre este nutriente en los meses más críticos de desarrollo orgánico infantil.

EQUILIBRIO DE LA FLORA INTESTINAL
Además, amamantar al niño supone tener menos infecciones gastrointestinales, respiratorias y urinarias que quienes toman fórmulas infantiles, pues la leche materna tiene un conglomerado de sustancias bioactivas, como inmunoglobulinas, leucocitos y oligosacáridos, entre otros. Los oligosacáridos actúan como prebióticos, al reducir la supervivencia de los microorganismos patógenos y promover el crecimiento de las bifidobacterias y los lactobacilus de la flora intestinal del bebé.
En las fórmulas infantiles, el prebiótico que se emplea para que los productos equilibren el sistema intestinal es la insulina.
En consecuencia se consigue una disminución del pH intestinal, que crea un medio desfavorable para el crecimiento de algunas bacterias patógenas y favorables para el crecimiento de las bifidobacterias, que son las predominantes en la flora del colón.
A mi parecer la leche materna es el mejor alimento que una madre le pueda ofrecer a su niño indiferentemente si esta mejora su memoria o no. Permite a los recién nacidos un desarrollo sano y , lo que es muy importante, evita ciertas infecciones, las cuales son tan delicadas de tratar en un niño de tan poca edad.
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