Un estudio sobre las poblaciones de lagartos en White Sands, Nuevo México, ha ayudado a la investigadora Erica Rosenblum de la Universidad de Idaho a profundizar en la cuestión de cómo la naturaleza resuelve el mismo problema de múltiples maneras.
En el estudio se han descrito las diferencias genéticas entre los lagartos aposentados en hábitats con suelos blancos u oscuros. Estas fuertes diferencias de color son un marco ideal para estudiar la selección natural y el flujo de genes.
En tres especies de lagartos, Rosenblum y su equipo identificaron mutaciones en el gen que codifica al receptor Mc1r, con el resultado de lagartos de piel clara. Una caracterización bioquímica más detallada de las mutaciones reveló que, aunque el mismo gen está alterado en dos de las especies, los cambios funcionales causados por las mutaciones son distintos. En una especie, el receptor está en un lugar equivocado de la célula, mientras que en otra especie el receptor está en la ubicación correcta, pero es incapaz de transmitir la señal.
En tres especies de lagartos, Rosenblum y su equipo identificaron mutaciones en el gen que codifica al receptor Mc1r, con el resultado de lagartos de piel clara. Una caracterización bioquímica más detallada de las mutaciones reveló que, aunque el mismo gen está alterado en dos de las especies, los cambios funcionales causados por las mutaciones son distintos. En una especie, el receptor está en un lugar equivocado de la célula, mientras que en otra especie el receptor está en la ubicación correcta, pero es incapaz de transmitir la señal.
Existen evidencias preliminares que sugieren que los genes implicados en la adaptación también pueden afectar a la especiación. Los cambios en la melanina afectan a la coloración en la parte superior del cuerpo, que es la que los depredadores ven, y también en los lados del cuerpo, que otros lagartos utilizan para decidir con quién aparearse. Por consiguiente, tanto la selección natural como la selección sexual parecen desempeñar su papel en este sistema.
Este hábitat con suelos de colores opuestos ofrece a los investigadores la oportunidad única de observar en acción a la selección natural y a la especiación. En algunos entornos muy selectivos, pueden formarse nuevas especies relativamente rápido (en unos pocos miles de años), pero captar los organismos en pleno proceso de especiación es difícil.
Fuente: Scitech News
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