divendres, 26 de maig del 2017

¿Cómo llega la varicela a todo nuestro cuerpo?


Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Hannover, Alemania, ha demostrado que el virus de la varicela se sirve de la glicoproteína C para secuestrar a los glóbulos blancos y extenderse por el cuerpo
 
 
El virus de la varicela contiene una proteína que mejora su capacidad de poder de amarrarse a los glóbulos blancos y así poder dispersarse por todo el cuerpo. Gracias a esta investigación encontramos una nueva visión del mecanismo por el cual la varicela se extiende  tras una infección en el aparato respiratorio, que hasta ahora no se había entendido.

Aspecto exterior de la varicela
El virus causa la varicela en niños y años después puede volver a aparecer en adultos para producir herpes zóster en adultos.
Después de infectar las vías respiratorias, el virus secuestra glóbulos blancos del sistema inmunológico, usándolos para esparcirse por el cuerpo para causar la varicela
El virus de VZV se sirve de la glicoproteína C para secuestrar a los glóbulos blancos y extenderse.
Para entender mejor este proceso, los autores investigaron si el VZV influye en la función de las quimiocinas, pequeñas proteínas del sistema inmune que atraen a los glóbulos blancos a las zonas donde está la infección y guían su movimiento dentro del cuerpo.
A partir de esto, los científicos se centraron en una proteína del virus, conocida como glicoproteína C, ya que una investigación anterior indicaba que podía desempeñar un papel importante en el ciclo de la infección.

Aquí podemos ver como se extiende la varicela
En el laboratorio, realizaron experimentos de quimiotaxis. Los expertos encontraron que la adición de glicoproteína C mejoraba la capacidad de las quimiocinas para atraer los glóbulos blancos, incluyendo los de las amígdalas, que son un objetivo principal de VZV durante la infección inicial.
Los resultados indican que la glicoproteína C puede interactuar con las quimiocinas para atraer más glóbulos blancos al sitio de la infección por VZV, donde el virus puede manipularlos para extenderse a otras partes del cuerpo. Los autores señalan que se necesita más investigación para comprobar si esta hipótesis se mantiene en tejido humano.