Un estudio reciente demuestra la influencia de las bacterias intestinales sobre los beneficios de la granada.
En nuestro intestino anidan millones de bacterias que son ecosistemas exclusivos en cada individuo. A parte de ser capaces de hacernos enfermar física y psicológicamente, poseen un papel importante a la hora de decidir sobre los beneficios que cada uno obtenemos de los alimentos.
Un estudio reciente publicado en la revista Molecular Nutrition & Food Research, demuestra que estas bacterias tienen un papel crucial para transformar los polifenoles antioxidantes de la granada, los cuales previenen de riesgo cardiovascular. El objetivo era comprobar si el efecto del consumo de la granada en los lípidos sanguíneos de personas con obesidad, era diferente según sus bacterias intestinales. El equipo que ha realizado dicho estudio identificó que cuando ingerimos algunos polifenoles antioxidantes llamados elagitaninos (presentes en la granada) los microorganismos de nuestro intestino los transforman en moléculas más simples, llamadas urolitinas, y estas pueden considerarse antiinflamatorios naturales preventivos frente a enfermedades gastrointestinales, cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Pero esto no ocurre igual en todos nosotros ya que según el tipo de urolitinas que se producen, se encuentran tres tipos conocidos como metabotipos (esto precisamente depende de las bacterias intestinales).
El estudio se realizó con cincuenta voluntarios sanos pero con obesidad. Todos consumieron extracto de granada y un placebo en diferentes fases del estudio, y fueron divididos según su metabotipo. El primer resultado relevante fue que los voluntarios del metabotipo B presentaban valores de colesterol "malo" (LDL) muy superiores a lo aceptable, y por encima de la media del resto de los participantes. Por lo tanto de dedujo que las personas con metabotipo B aún estando sanas, tenían mayor riesgo cardiovascular que las del metabotipo A o 0. El resultado final del estudio fue que solo un grupo de voluntarios con metabotipo B experimentó una mejora en su salud cardiovascular al ingerir extracto de granada. Dicho de otra manera, la granada no ejerció el mismo efecto en todos los sujetos y esto va ligado a que tienen microbios intestinales diferentes.
Los autores del estudio explican que, el echo de que una persona pertenezca al metabotipo B pude utilixzarse como alerta hacia un desequilibrio en la microbiotica intestinal, llamado disbiosis, y esto esta relacionado con la obesidad o las enfermedades cardiovasculares
He escogido esta noticia porque me ha parecido muy interesante, además la creencia de que todos los alimentos nos afectan por igual está muy extendida. Esto lo comprobamos en las dietas, ya que estas a veces se realizan sin ningún control médico y por lo tanto sin tener en cuenta estos aspectos.
Esta noticia está relacionada con el tema de Microbiologia del libro de segundo de bachillerato. Fuente de la noticia aquí
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