Cuando a una mujer se le acerca el momento de la menopausia y durante aquesta, padece una serie de indisposiciones como: una sensación de calor invadiéndole todo el cuerpo (un sofoco), sudores, y como muchos otros. Unos síntomas realmente incómodos y molestos.
Sin embargo, gracias a un reciente estudio realizado por Emily Szmuilowicz de la Universidad de Harvard se reveló que los bochornos que experimentan las mujeres durante la menopausia, reducen el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascularo un accidente o cerebro vascular. Por tanto se sabe que éstas manifestaciones tienen su razón de ser, y muy útiles, y desbancan los pensamientos que asociaban la menospausia con mayores niveles de marcadores de riesgo de patología cardiaca, como la presión arterial y el colesterol.
Su estudio consistió en la revisión de las historias médicas de 60.000 mujeres (divididas en 4 grupos) que participaron en el Estudio de Salud de la Mujer (un ensayo de 10 años de seguimiento) con el fin de estudiar la relación entre los síntomas de la menopausia y los eventos cardiovasculares. Y los resultados fueron que las mujeres que experimentaron sofocos al comienzo de la menopausia, tenían un 17% menos de riesgo de padecer un accidente cerebrovascular y un 11% menor de sufrir patología cardiaca. Asimismo, poseían un 8% menos de riesgo de morir que las mujeres que no tenían sudoraciones o comenzaron a padecerlas más tarde en la menopausia.
Pero hay que añadir que el la edad, los hábitos dietéticos, el tabaquismo, la actividad física y los antecedentes familiares son factores más importantes en la salud cardiovascular que los sofocos.
Pero se requiere de futuros estudios para averiguar a que se deben estos mecanismos tan extraños y fructíferos a la vez.
Una notícia contrastada en el periódico El mundo y La primera plana.
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