divendres, 24 de febrer del 2017

Monos paralizados vuelven a caminar con una interfaz que conecta cerebro y médula

Después de muchos años de estudio se ha logrado que monos paralizados puedan volver a caminar gracias a un implante cerebral inalámbrico.
Las investigaciones las ha estado llevando a cabo el neurocientífico Grégoire Courtine. Los primeros años se trabajó con ratas pero después empezaron a investigar con primates.

Al principio debían entender cómo se envían las señales eléctricas que activan los músculos de las piernas desde el cerebro y, por tanto, también cómo éstas señales pasan por la médula espinal antes de ser conducidas a los músculos de las extremidades inferiores. Estas investigaciones las realizaban con monos con la médula en buen estado.




A continuación recreaban estas señales en los primates con la médula espinal dañada: al implantar una guía de electrodos en el cerebro, que comunica con la parte dañada de la médula espinal, las señales pueden ser descodificadas por un dispositivo y, por consiguiente, éste enviar los impulsos eléctricos correspondientes para estimular puntos concretos en la médula y así lograr la activación de los músculos de las piernas.
El movimiento era imperfecto pero sí que podían sostener su propio peso. Ahora están trabajando para perfeccionarlos y sobretodo para conseguir que mantengan el equilibrio.




Ha sido un gran avance el descubrir como un animal con una lesión medular pueda mover ambas piernas sin necesidad de cables. Además los científicos suponen que esta solución debería funcionar tanto en lesiones leves como en graves.
Otro dato de vital importancia es que los monos no necesitaron la fisioterapia ni cualquier tipo de entrenamiento para volver a andar.

Realizar lo mismo con los humanos supondrá muchas horas más de investigación debido a que, por ejemplo, la coordinación humana es controlada por un grupo de neuronas diferentes a las de los monos por lo que en los experimentos no se pudo investigar.
Además para lograr la locomoción en personas se necesitaría una interfaz que conectara el cerebro a un ordenador, las estimulaciones eléctricas para producir el movimiento y una estructura que ayude a soportar el peso.
Por tanto gracias a este estudio muchas puertas se abren para el tratamiento bioelectrónico que ayudará a muchos pacientes con parálisis.


Esta noticia ha sido publicada por Agencia Sinc.
Aquí podéis ver los resultados de las investigaciones.