VEGANISMO

Según un estudio británico las motivaciones para serlo son 57% por ética y defensa de los animales, 21% por la sostenibilidad del planeta y un 17% por salud.

El 58% de las personas que se convierten al veganismo abandonan al poco tiempo porque les parece difícil mantener la dieta, ya que tienen que estar fijándose en todo lo que consumen con mucha más dedicación que al seguir una dieta omnívora.

Se recomienda no dejar de comer carne y pescado directamente y habituarse a comer proteínas veganas como lo son el tofu o la quinoa. Lo ideal es comer un 50% de verduras, un 25% proteínas y un 25% de cereales integrales.

Entre los nutrientes indispensables que pueden faltarte al dejar de comer carne, lácteos y huevos se encuentra la vitamina B12, necesaria para mantener un buen funcionamiento del cerebro y del sistema circulatorio, su carencia puede producir anemia megaloblástica, que se caracteriza por un recuento deficiente de glóbulos rojos, cuyas células aumentan el tamaño habitual.

Muchos otros alimentos como las legumbres, el tofu, las verduras fritas, las lentejas, los cereales integrales, los frutos secos, la pasta, la quinoa y el arroz proporcionan también proteína, debido a que estos alimentos cuesta más digerirlos debemos ingerir más cantidad, además de que estos alimentos tienen más fibra y menos grasas saturadas que la carne, por lo tanto serían más saludables.

El hierro es vital para transportar el oxígeno por la sangre y para mantener altos los niveles de energía. La vitamina C hace que se absorba mejor el hierro de los alimentos que lo contienen. Se puede obtener en alimentos como las judías, el pimiento rojo, las espinacas y las lentejas.

Se habla muy poco del zinc pero es muy importante porque contribuye a regular el sistema inmunológico. Hay pocas plantas que lo contengan y además su absorción es difícil y por ello se puede producir un déficit de ese elemento. Si las heridas tardan en cicatrizar, se te cae el pelo, tienes diarrea frecuente o pérdida del apetito, es posible que sea por culpa del zinc. El pan integral con semillas, las hortalizas de hoja verde y los tubérculos, alubias, guisantes y frutos secos lo contienen. El Omega-3 es un ácido graso indispensable que se encuentra en el pescado. Los veganos lo pueden obtener en las semillas de chía, en las nueces e incluso en determinadas algas, en la linaza y las judías de soja. Es fundamental en la dieta para el correcto funcionamiento del cerebro y de la vista, además tiene propiedades anti-inflamatorias y reduce el colesterol.

La vitamina D es muy importante, también, para el buen funcionamiento de los huesos y del sistema inmunológico. Si falta en tu organismo la puedes obtener en las naranjas, la leche de soja, los cereales y las setas shiitake.

Los productos lácteos son la principal fuente de calcio de la que prescinden los veganos. Se puede obtener en muchos vegetales com el brócoli, la col verde, la chía, los garbanzos, las judías negras, las almendras y la soja, además de en las leches vegetales, los zumos de frutas, las semillas de sésamo, los cereales y el tahini. Su falta puede repercutir en problemas óseos como la osteoporosis, es por ello que se recomiendan suplementos de calcio para alcanzar la ingesta de 1.000 gramos diarios.

La vitamina B2 o riboflavina, tiene la función de transformar los alimentos en energía. Su ausencia provocará, por lo tanto, fatiga, retraso en el crecimiento y problemas digestivos. Algunos especialistas lo relacionan incluso con el desarrollo del cáncer. Los mayores proveedores naturales son las almendras, espinacas y setas.

Las hamburguesas o salchichas veganas procesadas tienen más sal, azúcar y conservantes de lo que es recomendable. Las patatas fritas y otros aperitivos envasados, los refrescos dulces y la bollería son más frecuentes.