dilluns, 10 de maig del 2010

un linfocito en la mochila

Los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco encargado de la defensa de nuestro organismo frente a elementos dañinos, tanto internos (células cancerígenas, reacciones internas desmesuradas) como externas (virus, bacterias). Es decir, forman parte de nuestro sistema inmunológico.

De estos linfocitos se distinguen tres clases: los de tipo B, los de tipo T y las células “natural killer” (con un nombre que lo dice todo acerca de su función).

















La producción de estas células no es directa, no se generan sin más ya diferenciados. Todos tienen su origen en una célula madre pluripotente que proviene de la médula osea, alterada por unas proteínas llamadas inteleuquinas 7 que la especializan en una célula madre linfoide, a la cual también afectan unas inteleuquinas 3 o 4 para producir linfocitos T o B respectivamente.

La maduración final de los linfocitos T se lleva a cabo en el timo, un órgano humano con una curiosidad: podemos considerarlo parte tanto del sistema linfático y también del hormonal (segrega las hormonas antes explicadas, que hacen madurar a estos linfocitos).

El timo adquiere su mayor importancia en la juventud, ya que con los años va atrofiándose y sustituyendo su tejido original por adiposo, perdiendo así gran parte de su actividad.

En el timo, los linfocitos T se especializan y, una vez terminado el proceso, salen para situarse en la sangre donde realizaran su función de defensa.

Estas células se hallan en un movimiento constante, pasan su vida recorriendo el cuerpo de un órgano a otro y moviéndose por la sangre con la única finalidad de defensa del organismo. Ahora la pregunta: tras salir del timo sacan su espíritu viajero, pero ¿por donde salen del timo?

No se ha resuelto todavía la duda de donde se halla el conducto de salida de este órgano, y por ello se han realizado muchos experimentos tratando de descubrirlo.

El último, sobre ratones, permitió ver que la salida de los linfocitos en estos organismos se produce en un cruce de vasos sanguíneos, y no linfáticos como se podía suponer. Con esto pueden actuar rápido sobre órganos cercanos y protegerlos.

Seguirá, por tanto, un tiempo más la duda de por donde se sale del timo. Los investigadores seguirán buscándolo para poder relacionar esta salida con la acción de los linfocitos sobre los órganos cercanos, como ya han hecho con los ratones.

Fuentes: sinc , wiki.linfopoyesis