Investigadores del Hospital Clínico de Barcelona han revisado unos estudios científicos sobre toxicidad mitocondrial en embarazadas realizados en los últimos 10 años. Estar expuestos a agentes tóxicos como virus, fármacos, pesticidas, alcohol y tabaco puede causar enfermedades en las mitocondrias que se transmiten de la madre al feto.
Las mitocrondrias son los orgánulos encargados de producir la energía necesaria en los órganos del cuerpo y pueden padecer dos tipos de enfermedades: las genéticas y las adquiridas. Para las genéticas, el Reino Unido acaba de aprobar una ley que permite utilizar el ADN de tres personas (dos mujeres y un hombre) en la reproducción asistida para evitar la trasmisión de este tipo de enfermedades de madres a fetos.
Pero las mitocondrias también pueden sufrir patologías adquiridas a causa de la exposición a agentes tóxicos que se transmiten de madres a hijos y que producen varias alteraciones como inflamación del páncreas, debilidad muscular, cambios en la distribución y la cantidad de masa corporal..etc. Tras las investigaciones realizadas por el laboratorio de Barcelona, han elaborado un informe en el cual buscan alternativas para evitar daños tanto en la madre como en el bebé y se basan en buscar marcadores de toxicidad y evitar cualquier contacto con estos tóxicos mitocondriales.
Existen numerosos agentes que producen toxicidad y muchos de ellos son biológicos como virus, antibióticos, fármacos antirretrovirales (en estos casos interrumpir el tratamiento para evitar la toxicidad es imposible), gases como el monóxido de carbono, pesticidas, alcohol y tabaco. Aunque los más comunes como alcohol y tabaco se pueden evitar otros muchos son medicamentos por tanto deben evaluarse los daños que pueden causar. Pero la toxicidad depende también del tiempo de exposición, de la dosis de cada tóxico, de la fase del embarazo y también de la predisposición genética que puede hacer que una persona sea más resistente o vulnerable ante esta exposición. Esto último se debe a la existencia de haplogrupos, se encargan de la composición genética de las mitocondrias y de su resistencia o no a estas alteraciones.
La toxicidad mitocondrial se transmite de madres a hijos desde la concepción hasta finalizar la lactancia. Es frecuente que se transmita de la madre al feto porque la placenta no es una barrera protectora contra todas las sustancias y los agentes tóxicos pueden circular por la sangre de la madre y así llegar al feto.
Finalmente para prevenir la intoxicación se debe evitar el contacto con agentes tóxicos durante el embarazo. En las ocasiones en que esto no sea posible es necesario utilizar unos biomarcadores. Estos biomarcadores ayudarán a controlar los niveles de toxicidad durante la gestación.
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Esta noticia se incluiría dentro del temario de 2º de bachiller de biología dentro del tema 10 orgánulos energéticos, el bloque de genética y el último bloque microbiologia i autoconservación.
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