divendres, 14 de desembre del 2007

EN LA SALIVA, PISTAS SOBRE EL FUTURO DE NUESTRA SALUD. POR AMY HARMON.

El País. (The New York Times). Jueves 13 de diciembre 2007.


La exploración del genoma humano ha quedado relegada durante mucho tiempo a los laboratorios de investigación. Pero eso está a punto de cambiar. Un sector incipiente ofrece a cualquier individuo acceso a su ADN. Por sólo 700 euros y una muestra de saliva, los clientes podrán conocer lo que se sabe sobre cómo los miles de millones de pedacitos que integran su código biológico moldean quiénes son.

Posee el fragmento de ADN que otorga la habilidad de saborear un compuesto que hace que cualquier verdura tenga un sabor más amargo.
Tenemos unos 10 millones de diferencias diminutas, conocidas como polimorfismos de nucleótido simple, repartidos por los 23 pares de cromosomas, conocidos como SNP, diferentes nucleótidos aparecen en diferentes personas.

Existe una gran controversia en torno al papel que desempeñan los genes a la hora de determinar la inteligencia, pero era difícil resistirse a buscar los SNP que se han relacionado con el CI.
Hallé un estudio que describía un sólido vínculo entre el SNP y un incremento en el Cociente Intelectual(CI) de los bebés que han sido amamantados.
Los bebés con la forma CC o CG del SNP al parecer se benefician de un ácido graso que se encuentra sólo en la leche materna. Mi genotipo CC significaba que pasé a ser candidata al sexto nivel de CI cuando mi madre me amamantó.

Una de las empresas que prevé comercializar información sobre el ADN, además de los resultados pretende ofrecer un servicio de consulta telefónica con un asesor genético.
Aunque lo que pueden decirnos es limitado, las tres empresas esperan que la gente se sienta atraída por la posibilidad de actualizaciones instantáneas sobre lo que se espera que constituya nuevos hallazgos.

Luego abrí mi ‘Diario genético’ para las enfermedades cardiacas y descubrí que tenía unas posibilidades un 23% más elevadas que la media de sufrir un infarto.
VIOLETA PITARCH MARÍN.