dimecres, 26 de desembre del 2007

LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL ELEVA EL RIESGO DE DEMENCIA.

EL PAÍS, martes 18 de diciembre de 2007.

La presión alta se asocia a otras muchas enfermedades.

La hipertensión arterial parece estar asociada con un mayor riesgo de demencia o deterioro cognitivo leve, un trastorno que se caracteriza por dificultades en el pensamiento y el aprendizaje.

La hipertensión es asimismo un factor de riesgo para entre el 70% y el 80% de las personas que sufren diferentes enfermedades, desde el ictus a la diabetes, como recoge un nuevo informe publicado en el último número de Archives of Internal Medicine.

En los últimos años ha crecido el interés sobre el deterioro cognitivo leve, especialmente como una posibilidad de identificación del alzhéimer en sus primeras fases y como una diana para el tratamiento y la prevención de esta enfermedad neurodegenerativa. Diez de cada 1.000 personas mayores que no tienen demencia desarrollan cada año un deterioro cognitivo leve. Entre el 10% y el 12% evolucionan a alzhéimer, en comparación con entre el 1% y el 2% de la población general.

Las personas que desarrollaron deterioro cognitivo tenían puntuaciones más bajas y problemas de memoria, pero podían realizar sus actividades diarias sin recibir un diagnóstico de demencia.
Durante el tiempo que se prolongó el estudio, 334 personas desarrollaron deterioro cognitivo leve. De ellas, 160 sufrían amnesia leve y las 174 restantes no padecían amnesia.

Los investigadores constataron que la hipertensión estaba asociada con un mayor riesgo de todos los tipos de demencia leve, sobre todo en los casos en los que no existía amnesia.

Se desconoce aún el mecanismo por el que la presión sanguínea afecta al riesgo de deterioro cognitivo o demencia. La hipertensión podría causar un deterioro del funcionamiento cognitivo a través de la enfermedad cerebro vascular. La hipertensión es un factor de riesgo subcortical en las lesiones de la sustancia blanca descubiertas en el alzhéimer. Además, la hipertensión arterial podría alterar el funcionamiento de la barrera hematoencefálica del cerebro, un trastorno que también podría participar en el desarrollo de esta enfermedad.

La hipertensión arterial es un problema de salud pública de primera magnitud en las sociedades desarrolladas. Por una parte, porque es un factor de riesgo de numerosas enfermedades, y por otra, porque su control deja mucho que desear. Los datos del informe de Archives of Internal Medicine reflejan que la mitad de los enfermos hipertensos tratados no están bien controlados y que la hipertensión arterial se asocia a numerosas enfermedades que aumentan el riesgo cardiovascular.
VIOLETA PITARCH MARÍN