Ante esta situación en la que estaba siendo amenazada una especie tan importante para mantener los ciclos naturales de los ecosistemas como son las abejas, se debían tomar medidas. Llegados a este punto, resulta casi imposible encontrar un remedio eficaz para erradicar dicho parásito. De este modo, un grupo de ingenieros, dirigido por Robert J. Wood de la Universidad de Harvard decidió iniciar un proyecto, que tras una década de estudio, ha conseguido ver la luz.
Estos dispositivos, llamados "RoboBees", se han patentado con el propósito de sustituir a las abejas en sus funciones en el posible caso de que éstas se extinguiesen. Su diseño ha imitado la anatomía estructural básica de estos insectos, incluidas las alas, las cuales están fabricadas por láminas casi tan finas como el papel que se mueven a 120 revoluciones por minuto.
Este revolucionario híbrido nacido de la conciencia ecologista combinada con la microrrobótica, no solo tiene el fin de polinizar y evitar el desequilibrio del transcurso de la naturaleza. También se le pueden atribuir otras aplicaciones y utilidades como puede ser el control climatológico, reconocimientos del terreno para la cartografía o incluso para la búsqueda de personas desaparecidas. A su vez, ya se están pensando los usos que podría tener a nivel militar, como podrían ser tareas de espionaje o para acceder en zonas enemigas protegidas. Como siempre ocurre, de nuestro afán de poder depende el hecho de darle un uso constructivo, como es para el que se patentó inicialmente, o si al final de todo, acaba adquiriendo un cometido tan destructivo como contribuir en absurdas guerras.
Estructura y partes del minidron. Vía: http://robobees.seas.harvard.edu/home |
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