Una plaga de langostas puede alimentar a un pueblo entero, y en el mundo hay tantas hormigas que sus huevas llenarían las mesas más pobres de lujo, algo así como el caviar,
al igual que los gusanos del escarabajo y los saltamontes están llenos de proteínas.
En el sur de África se hace pan con polillas, lo que además de estar aceptable de sabor podría mejorar la calidad de vida de los armarios.
Los biólogos agrupan a la araña y la nécora, la hormiga y el bogavante en el mismo epígrafe de artrópodos y, aquello unido por la evolución, debe de tener un sabor parecido.
Pensemos que 100 gramos de terminas tienen el doble de proteínas que una hamburguesa el mismo peso. Se estima que en 2.050 habrá 2.000 millones de personas más, a este paso no habrá ninguna vaca que poder filetear. Un tercio de la población mundial ya come insectos, se estima que hay unas 2.000 especies conocidas a las que no va resultar fácil extinguir ni queriendo.
Así que ya sabemos que hacer, dejar de comer tanta hamburguesa y salchichas y más escarabajos.
Este podría ser nuestro nuevo plato preferido dentro de unos años.
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