El actual conocimiento del sistema inmunitario y de su funcionamiento ha permitido la puesta en marcha de procedimientos basados en el propio sistema de defensa para lograr vencer los microorganismos infecciosos o suplir las deficiencias del sistema inmunológico en algunas enfermedades y en el cáncer, lo que se denomina inmunoterapia.
En el tratamiento contra las anomalías de autoinmunidad se debe procurar la reducción de la respuesta autoinmune manteniendo intacta la respuesta inmune normal. Sin embargo, esto último no se ha podido conseguir hasta el momento. Un tratamiento inespecífico contra muchas enfermedades de autoinmunidad son las drogas inmunosupresoras como los corticoesteroides, la azatioprina o la ciclosporina A, que disminuyen la proliferación e linfocitos pero que exponen al paciente al riesgo de infecciones. La extirpación de la glándula tiroides y la plasmaféresis, o centrifugación del plasma sanguíneo del paciente para eliminar los complejos autoantígenos-autoanticuerpos, son también métodos generales utilizados para paliar los fenómenos autoinmunes. Se están experimentando algunas terapias específicas como la utilización de sustancias bloqueantes de los autoantígenos, o la inducción de la tolerancia a los mismos.
La administración de antihistamínicos o la inyección periódica de dosis crecientes de alérgenos específicos pueden solucionar algunos de los problemas que aparecen en la hipersensibilidad inmediata. En las inmunodeficiencias el tratamiento consiste en mantener un nivel adecuado de IgG o gammaglobulinas mediante inyecciones periódicas de estos anticuerpos. En el caso especial del SIDA se están ensayando diversos tipos de vacunas, pero hasta el momento estas pruebas no han dado resultado positivo, por el hecho de la gran capacidad de variación antigénica que exhibe el VIH, lo que las hace inefectivas al poco tiempo.
La lucha contra el rechazo de los órganos en los trasplantes se efectúa mediante agentes inmunosupresores inespecíficos, como corticoesteroides y la ciclosporina A, o bien mediante irradiación de rayos X de los órganos linfoides que reducen la población de linfocitos, con lo que la probabilidad del rechazo se atenúa.
La inmunoterapia del cáncer está muy desarrollada, existiendo en la actualidad varias técnicas, la mayoría de las cuales tienden a aumentar los mecanismos de defensa del organismo. Los mensajeros químicos del sistema inmunotario como el interferón pueden ser utilizados en la terapia del cáncer para aumentar los ataques contra los antígenos de las células cancerígenas. En la actualidad se está investigando en la terapia genética contra el cáncer, insertando en el código genético de células cancerosas genes específicos que aumentan la actividad del sistema inmunitario o descubriendo técnicas para inhibir la actividad de los oncogenes.
VIOLETA PITARCH MARÍN. 2BC
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