Las reacciones causadas por la alergia son leves aunque molestas. Las graves, reacciones anafilácticas, son potencialmente mortales y son excepcionales. Las causan las penicilinas, picaduras de insectos, ciertos alimentos e, incluso, inyecciones contra la propia alergia. El modo de detección habitual es mediante pruebas cutáneas.
Respecto a la prevención, debe evitarse, si es posible el agente causante. En ocasiones es imposible, como la alergia al polen o a los ácaros, arañas microscópicas del polvo. Los pacientes sensibilizados a alérgenos poco evitables necesitan inmunoterapia alergénica, vacunas antialérgicas, durante al menos cinco años. El tratamiento básico en la rinitis son los antihistamínicos y los corticoides tópicos nasales. En el asma, se utilizan broncodilatadores y corticoides inhalados. Son también útiles los antileucotrienos, antiinflamatorios de la mucosa bronquial, sin los efectos secundarios de los corticoides. Por otro lado, se utiliza la adrenalina y los corticoides inyectables por vía intravenosa como tratamiento de urgencia tras reacción anafiláctica.
Existen al menos cinco tipos de alergias: estacionales, persistentes, alimentarias, físicas y las producidas por la práctica de ejercicio físico. Las alergias estacionales son conocidas como fiebre del heno, pues ni causan fiebre ni la produce el heno. Su nombre correcto es polinosis o rinoconjuntivitis estacional por alergia al polen. Además de las vacunas, los expertos recomiendan a los pacientes el uso de gafas de sol al salir a la calle. Las alergias persistentes más habituales son causadas por el polvo y los ácaros. Es imprescindible en este caso una limpieza de la vivienda.
El número de pacientes con alergias alimentarias ha aumentado de manera exponencial en la última década. Este tipo de alergias están causadas por alimentos como cacahuetes, marisco, pescado, leche, huevos o trigo. Los pacientes pueden desarrollar el síndrome de alergia oral, con picor en la boca, labios y paladar, con reacción inflamatoria local. La denominada alergia al gluten no es tal, sino una intolerancia, es decir, una reacción alimentaria donde no entra en juego el sistema inmunológico. Estos pacientes sufren un efecto tóxico en la mucosa intestinal causado por el gluten, una proteína del trigo.
Las alergias urticarias físicas son debidas al frío, sol, calor, contacto con el agua, vibración. Por último, las reacciones alérgicas inducidas por ejercicio físico pueden estar condicionadas por el consumo de determinado alimento antes de realizar el ejercicio.
VIOLETA PITARCH MARÍN. 2BC
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