La cabra montés, una de las especies autóctonas más valoradas por su aprovechamiento cinegético, se encuentra en expansión y su población en la provincia ya supera los 25.000 ejemplares. Su crecimiento ha permitido que los municipios en los que se asienta incrementen sus arcas con su caza, así como que los propietarios de los cotos cuiden más de los montes.
La reserva natural de Els Ports-Beceite, entre Castellón y Tarragona, y la puesta en marcha de la ley de caza aprobada 1970 han permitido que, en 30 años, la cabra montés haya experimentado un paulatino proceso de recuperación que ha consolidado su asentamiento.
Las colonias iniciales en las que la caza comenzó su expansión se encuentran en la Tinen§a de Benifass y Penyagolosa. Desde el primer núcleo comenzó su expansión hacia el sur, asentándose en los montes de Xert y de otras localidades del Maestrat.
a presencia de las cabras en los montes ha repercutido beneficiosamente en el cuidado del ecosistema, ya que "los titulares de los cotos fomentan la mejora de la flora y la fauna con siembras, refugios, bebederos y bolas de sal para la cabra". Aunque hay un aspecto negativo: "Los destrozos que causan las cabras en almendros y cerezos cuando bajan del monte, porque la densidad supera la recomendada", dice Batiste.
En los Puertos de Beceite, para evitar el peligro de su desaparición, también se protegió por ley desde el año 1973, prohibiéndose totalmente su caza. La cabra montés que puebla estos montes es denominada localmente salvatge y sauvatge. La principal población de cabras está en terrenos de la Reserva Nacional de los Puertos de Beceite, que engloba montes de las provincias de Castellón, Teruel y Tarragona. La declaración en 1966 de la Reserva Nacional de Caza fue el factor determinante del crecimiento numérico de la población, al estar su caza reglamentada. Hacia 1980 se contabilizaban unos 400 ejemplares y en estos momentos superan los 4.370. Al contrario de lo que ha ocurrido en el Pirineo la cabra montés de los Puertos de Beceite ha demostrado poseer un gran poder de adaptación. En estos momentos, muchos ejemplares salen de los límites de la reserva permitiéndose su caza fuera de dichos límites; en principio se ha establecido (para el año 2000) un cupo de caza de 385 ejemplares, de los que 40 serán catalogados como piezas de trofeo.
La foto pertenece a Anadalucia, concretamente a la sierra de Gredos, se ve claramente reflejado el control de los saltos de estos animales.
Miriam Fernandez
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