Aunque la primera piedra para la construcción del Muelle de Levante que da origenal Puerto de Castellón se colocó en 1891, la creación de la Junta de Obras del Puerto data de 1902.
Los inicios del Puerto de Castellón están vinculados a la vocación exportadora de la provincia. Una vocación que en estos primeros años la protagonizan fundamentalmente el sector de la naranja, que en el último cuarto del siglo XIX experimentó un importante auge en sus envíos por mar hacia los principales mercados europeos.
Ya en 1906, año en el que el ingeniero director José Serrano Lloberes redacta el Proyecto General del Puerto, se movieron más de sesenta mil toneladas y, seis años después, se cargaron para la exportación más de ochenta mil. La naranja representaba más del ochenta por ciento del movimiento anual del puerto.
Sin embargo, no sólo la naranja marcó los inicios del Puerto de Castellón, también los envíos de azulejos procedentes de las fábricas de Onda fueron una de las mercancías características del puerto a finales del siglo pasado y principios del actual.
La Primera Guerra Mundial, 1914-1918, produjo una profunda crisis del tráfico marítimo. El flete escasea y no se dispone de barcos, lo que, a su vez, incide negativamente en el comercio de la naranja al no tener salida la producción. Con el armisticio el puerto poco a poco no sólo recobró su actividad de antes, sino que ésta aumentó hasta tal punto que, en 1923 existían dos líneas regulares con escala bisemanal en Castellón. Tal expansión motiva en los años 30 la redacción de un proyecto de ampliación de las instalaciones portuarias que contemplaba la prolongación de la escollera de Levante para hacer operativo el antepuerto una vez construido el muelle transversal. Años después, en la década de los 50, el ingeniero Modesto Vigueras redactó otro proyecto de ampliación sobre la prolongación del dique de abrigo. Mientras tanto, en los años 70 se hizo realidad la dársena pesquera y, una vez culminada la construcción del Muelle de Costa, la Lonja se trasladó al puerto pesquero (donde se encuentra actualmente).
Posteriormente, la decantación del transporte de cítricos hacia el ferrocarril y la carretera va a motivar que el puerto pase una etapa más que comprometida y con un incierto futuro. Únicamente la importancia creciente que adquirió la flota pesquera permitió que sobreviviera como puerto pesquero y deportivo, pero con una casi inexistente actividad comercial.
Esta crisis de 1964 se superó también gracias a la actividad de las empresas desguazadoras de buques que proporcionaron ingresos a la economía portuaria. Pero sólo el relanzamiento derivado del impulso de las grandes industrias instaladas en la zona permitió revivir al puerto. Primero fue la fábrica de Fertiberia que se instaló en la zona norte del recinto portuario donde pudo contar con una terminal de descarga de buques amoniaqueros directamente conectada con sus instalaciones. A lo largo de los años la presencia de esta factoría fue objeto de protestas vecinales, que finalizaron en los últimos tiempos cuando ya el Ayuntamiento y la empresa entraron en negociaciones sobre el posible traslado a otro emplazamiento más adecuado y al margen de núcleos habitados.
No llegó a consumarse el acuerdo suscrito en su día por ambas partes porque antes sobrevino la crisis de la empresa y el cierre definitivo del centro de producción del Grao de Castellón.
Castellón había entrado entonces en un proceso de industrialización que determinó un crecimiento económico y la creación de nuevas fuentes de riqueza que se añadían a la agricultura y la comercialización de la naranja.
La puesta en marcha en 1967 de la refinería de petróleos y la consolidación del polígono del Serrallo con la planta de producción de caprolactama y, posteriormente, la central térmica, así como el espectacular desarrollo del sector cerámico, determinaron un nuevo planteamiento de la economía castellonense y óptimas perspectivas también en el puerto.
La refinería se inauguró el 5 de junio de 1967 por el General Franco y su capacidad inicial de tratamiento era de tres millones de toneladas anuales, ampliada a cuatro millones en 1972 y a seis en 1980. El nacimiento y la existencia de la refinería ha marcado sin duda alguna el desarrollo del Puerto de Castellón que tiene en ella a su mejor cliente.
Desde que se produjo la reactivación del movimiento portuario, a finales de los años 60, las instalaciones portuarias han registrado sucesivas mejoras para la puesta al día de sus infraestructuras. En los últimos años, en concreto, es evidente el avance logrado en la modernización del utillaje y las distintas dependencias en los muelles. Los buenos resultados en estos últimos ejercicios, pese a la pérdida que significó en su momento el cierre de la factoría de Fesa y los efectos de la crisis económica, constituyen un aliciente para llevar adelante los proyectos que el puerto necesita y que se están desarrollando actualmente para afrontar con seriedad los retos del futuro.
A continuación dejo un vídeo en el que se puede observar nuestro puerto.
3 comentaris:
Molt complet el post sobre el Port.
Noticia vàlida per al teu dossier
Que interesante no sabia casi nada de eso que has contado, me ha gustado mucho.
Lo cierto es que desde que se inauguró el puerto de Castellón a finales del siglo XIX y principios del XX hasta hoy su crecida en infraestructuras y funciones ha sido enorme.Me ha parecido curioso y muy interesante que el primer objetivo de la instalación de un puerto en Castellón fuera la exportación de la naranja, tradicional fruta de nuestras tierras.Con la adición del transporte de pesca y posteriormente la entrada en juego de la refinería,nuestro puerto ha podido sobrevivir hasta hoy a pesar de las crisis que nos has contado en el post. En mi opinión, es muy interesante el hecho de poder conocer como algo que nos parece tan cotidiano como es el puerto, esconda una historia que la mayoría no conocemos.
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