El buitre negro remonta

Un buitre negro destaca entre un nutrido grupo de sus parientes leonados en el Parque Nacional de Cabañeros, en Castilla-La Mancha.

Ante la presencia de carroña, las luchas por la comida son habituales.

Los buitres negros, aunque fuertes y osados, son minoría.

Según un artículo publicado en el National Geographic por Eva Van Den Berg, hace 30 años apenas quedaban 200 parejas de buitre negro en nuestro país, y hoy ya suman unas 1.845, restringidas al sudoeste peninsular. Su reciente introducción en los Pirineos augura la reconquista de su distribución histórica.

Con una envergadura alar de casi tres metros, el buitre negro es el ave de mayor tamaño de nuestro país. Extremadura alberga el 50% de los individuos de una especie que cuenta en España con la población más grande de Europa y una de las más importantes del mundo. Unas cifras que no están nada mal tratándose de un ave carroñera que hace unos pocos decenios estuvo a punto de desaparecer.
En octubre de 2003, en el Gran Angular "Buitres, retrato de familia", se apuntaba que el buitre negro había multiplicado su población por seis en los últimos 30 años. De contar con algo más de dos centenares de parejas a principios de los años setenta, se pasó a una población aproximada de 1.334 parejas.
Hoy, cinco años después, la especie ha crecido aún más. Según el último censo nacional del buitre negro en España, realizado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) en el año 2006, la población en nuestro país oscila entre las 1.845 y las 2.440 parejas. La cifra a la baja refleja las parejas contabilizadas; la más alta incluye también aquellas que podrían existir, pero que pertenecen a colonias que fueron insuficientemente estudiadas.
"La tendencia demográfica ha ido al alza de forma continua desde que se realizó la primera estimación en 1973 –dice Juan Carlos de Moral, autor, junto con Javier de la Puente y Rubén Moreno-Opo, del censo más reciente-. Ese año se contabilizaron tan sólo 206 parejas. Para el buitre negro y sus parientes cercanos, el buitre leonado, el quebrantahuesos y el alimoche, corrían tiempos muy difíciles". Una debacle agravada por la estabulación del ganado y la escasez de ungulados silvestres que, sumada a los cebos envenenados, colocados para aniquilar a los depredadores, agudizó su declive poblacional.
Sin embargo, a mediados de los años ochenta, las cifras empezaron a remontar gracias a las medidas de conservación emprendidas. A partir de ahí fueron aumentando hasta hoy, que asumiendo el valor de la baja, contamos con aproximadamente 1.845 parejas. Más de la mitad, 858, viven en Extremadura; 367 en Castilla-La Mancha, 287 en Castilla y León, 233 en Andalucía, 89 en la Comunidad de Madrid y 11 en Baleares.
Comparados con los que había, son muchos, pero la cifra está lejos de los 10.000 individuos maduros, considerado el número poblacional estable que garantiza la supervivencia de una especie a medio plazo.

A continuación, dejo un vídeo sobre los buitres negros en Andalucía en el que se explican algunas otras características sobre esta ave carroñera.