dissabte, 1 de novembre del 2008

Será mejor dormir...

El pasado domingo tuvimos que retrasar una hora el reloj para poder ahorrar energía como todos los años, pero este hecho no solo ayudó a que pudiéramos tener una hora más de estudio de historia (o una hora más para salir dependiendo de quien) sino que también es bueno para nuestra salud cardiovascular. En los días posteriores al cambio horario hay menos infartos de miocardio en cambio al llegar la primavera se resienten los corazones de mujeres mayores de 65 años, todo ello según un estudio sueco.

La actividad que tenemos diaria, nuestras rutinas afectan al ritmo biológico -también llamado circadiano- con el que está tan relacionado (Se puede comprobar con un sencillo ejemplo: Ir al baño siempre a una hora concreta sin necesidad provocará que al cabo del tiempo acabarás yendo urgentemente). Los cambios diurnos hacen que también cambie nuestro ritmo, sobretodo en el ámbito del sueño.

A partir del informe sueco, investigadores del Instituto Karolinska y del Consejo Nacional de Salud del país nórdico, analizaron el impacto del cambio de horario sobre el infarto de miocardio. Los datos, que comprendían los años 1987 a 2006, se analizaron de la siguiente forma: tomaron lo infartos ocurridos durante la semana siguiente a adelantar o atrasar el reloj y los compararon con los de 15 días antes y 15 después.

"La incidencia de infarto agudo de miocardio era significativamente superior [un 6% más] en los tres días siguientes al cambio de hora de primavera", señala el estudio publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine'. En cambio, después de la transición otoñal, la incidencia cayó un 5% en el primer día laborable.

Y no tan solo esto, dependiendo de la edad había mayor cantidad de afectados como es el caso de mayores de 65 años y también dependiendo del sexo donde las mujeres son las perjudicas. En primavera (mayor índice de infartos) son las que más les afecta pero es que en otoño (cuando disminuye) también lo son. Mal dato para las mujeres mayores de 65 años.

El informa nos da todavía más información y es que el día de mayor índice de infartos es el lunes, con el estrés de la vuelta, de volver del fin de semana, del incremento de trabajo (¿Alguien se extraña?) pero los investigadores podrían haber descubierto que hay algo más detrás de todo esto: el sueño.

"La explicación más plausible para nuestros hallazgos es que la falta de sueño tenga efectos adversos sobre la salud cardiovascular", señalan. "De acuerdo con estudios experimentales –añaden- estos efectos incluyen la predominancia de la actividad del sistema nervioso simpático y el incremento de los niveles de citokinas proinflamatorias [proteínas que median en la inflamación y cuyo aumento está relacionado con esta patología]".

"Es importante analizar si podemos obtener beneficios con la prolongación de las horas de sueño", concluyen los investigadores.

Como resumen de todo esto podemos decir que dormir es salud -al menos cardiovascular-. Así que descansen. Felices sueños.


Información: ElMundo

Imagen: propia