dijous, 13 de novembre del 2008

Los genes tambien son culpables de ceguera

Una de las mayores causas de ceguera de personas mayores es la degeneración macular asociada a la edad, a partir de ahora, DMAE y parece ser que, según un estudio hecho en una universidad de Reino Unido, habría un gen, el Serping1, que es su responsable. Con esta información se espera que se puedan conseguir nuevos tratamientos frente a la enfermedad más efectivos y más rapidez de actuación.

El DMAE afecta a la parte posterior del ojo y afecta a la nitidez con la
que se ven los objetos. Hay datos que 2/3 de los octogenarios la sufren e incluso en un 10% provoca la ceguera.

La investigación mostró que una variante del gen Serping1 induce a la producción de proteínas para "el sistema del complemento" del ojo, para ser más exactos: retina y membrana coroidal "curiosamente" las zonas donde afecta el DMAE... Estas proteínas tienen como función regular una parte del sistema inmunológico del organismo, pero parece ser que el gen hace que el sistema funcione en exceso, lo que provoca una disfunción que atacará a las dos partes del ojo. El efecto no es rápido, puede tardar hasta setenta años en que se desarrolle. La edad en que la mayoría de personas lo sufre.

Toda esta investigación podría conseguir que la enfermedad se detectará mucho antes de que no tuviera solución y se pudiera actuar para que no fuera a mayores en los afectados.

Realmente desde el punto de vista, o no tanta..., de una miope, que se pudiera evitar el trago de perder la visibilidad me parece algo increíble. Si este estudio nos lleva a descubrir realmente como solucionar aunque sea uno de los problemas de visibilidad que existen, será muy valioso y es que el estudio de los genes todavía tiene que sorprendernos mucho...

La información se publicó en Internet en la revista Lancet.
Supongo que si dejo como si hubiera sacado la información de la revista inglesa quedaría como una señora (si es que alguien me creyera...) así que voy a ser sincera y decir que la noticia es de: LaFlecha