Este corazón de poliuretano puede mantener con vida a un paciente gravemente enfermo, a la espera de un donante de corazón. Tras la implantación quirúrgica del dispositivo, sus tubos de plástico se conectan a través de la piel del paciente a una bomba neumática que funciona con batería. Pese a su coste (80.000 euros), la demanda es elevada. Unas 3.000 personas aguardan un trasplante de corazón en Estados Unidos, pero sólo hay unos 2.100 corazones disponibles para trasplante al año. Aumentar el suministro de corazones artificiales es un problema técnico de solución relativamente simple, mientras que aumentar la cantidad de corazones humanos donados resulta bastante más difícil. ¿Quiénes serán los futuros donantes? La pregunta aún sigue en el aire para un paciente de Alemania, que recientemente recibió un corazón artificial CardioWest.
En el Instituto del Corazón de Berlín, en Alemania, Siegfried Streiter, de 62 años, se somete a cuatro horas de cirugía para recibir un corazón artificial. El dispositivo no sólo lo mantendrá en vida, dice el doctor Roland Hetzer, cirujano jefe, sino que con sus pulsaciones firmes y regulares ayudará a eliminar la congestión crónica de sus vasos sanguíneos pulmonares. “ Un corazón trasplantado fallaría inmediatamente”, asegura Hetzer.
El corazón artificial de Siegfried Streiter es por ahora una solución provisional. Pero los bioingenieros están perfeccionando el próximo gran paso: un corazón mecánico que no necesite tubos, ni bombas ni baterías externas, y que nunca tenga que retirarse.
Cuatro meses después de recibir su corazón artificial, Siegfried Streiter sale de casa con frecuencia, pero llevando siempre consigo el generador rodante que mantiene su corazón en funcionamiento. Streiter dice que el equipo pita periódicamente, pero no se queja. “Lo bueno es que estoy vivo”.
En el Instituto del Corazón de Berlín, en Alemania, Siegfried Streiter, de 62 años, se somete a cuatro horas de cirugía para recibir un corazón artificial. El dispositivo no sólo lo mantendrá en vida, dice el doctor Roland Hetzer, cirujano jefe, sino que con sus pulsaciones firmes y regulares ayudará a eliminar la congestión crónica de sus vasos sanguíneos pulmonares. “ Un corazón trasplantado fallaría inmediatamente”, asegura Hetzer.
El corazón artificial de Siegfried Streiter es por ahora una solución provisional. Pero los bioingenieros están perfeccionando el próximo gran paso: un corazón mecánico que no necesite tubos, ni bombas ni baterías externas, y que nunca tenga que retirarse.
Cuatro meses después de recibir su corazón artificial, Siegfried Streiter sale de casa con frecuencia, pero llevando siempre consigo el generador rodante que mantiene su corazón en funcionamiento. Streiter dice que el equipo pita periódicamente, pero no se queja. “Lo bueno es que estoy vivo”.
A continuación dejo un vídeo sobre un trasplante de corazón humano. Espero que os guste.
1 comentari:
Poc a poc van perfeccionant els cors artificials fent-los mésxicotets, més autònoms i amb més capacitat d'autorregulació
Publica un comentari a l'entrada